Durante este mes, se hace mucho hincapié acerca de las relaciones románticas: flores, chocolates, peluches, y demás productos en forma de corazón hacen referencia a las parejas. Pero no por eso hemos de perder de vista la otra relación que se celebra en febrero: la amistad. Aunque varias personas resienten el no tener una pareja durante estas fechas, es bueno recordar que las amistades son igual de –o incluso más– importantes.
Según varios estudios, uno de los principales factores que contribuyen a la felicidad a largo plazo es la calidad de nuestras amistades con el paso del tiempo. Sin embargo, las estadísticas demuestran que a pesar de que las herramientas para mantenernos interconectados han incrementado, la sensación de soledad y alienación también lo ha hecho.
¿Qué está pasando con la amistad?
Los estudios demuestran una situación alarmante: de las generaciones analizadas, quienes se sienten más solos son los millennials o Generación Y (nacidos entre 1981 y 1996), siendo un preocupante 25% los que declaran sentirse así. Después, le sigue la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980) que no se queda atrás, con un total de 24% sintiendo soledad. A ésta le sigue la generación de los Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964) y por último están los adultos mayores, con un 13% y 6% de sensación de soledad, respectivamente.
Hay una tendencia bastante clara: las generaciones más jóvenes, que crecieron de la mano con el desarrollo tecnológico, son las que más solas se sienten. De hecho, esto corresponde con la creciente pandemia de depresión y ansiedad que afecta a dicho sector poblacional.
La tecnología y las relaciones
Es evidente que la sensación de soledad ha aumentado a la par de los niveles de malestar emocional. La tecnología que en un momento fue creada para reunir a quienes llevaban mucho sin verse, ahora se usa para incrementar la separación entre la gente. En los últimos años hemos sido testigos de cómo las distintas opiniones generan más polarización entre las masas en redes sociales.
También, facilitan la sensación de desconexión con los demás, al ir perdiendo poco a poco el contacto humano y sustituyéndolo por la frialdad de una pantalla. Por último, la romantización de actitudes tóxicas –como el ghosteo o dejar de hablarle a alguien de un momento a otro–ha llevado a creer a miles de personas que es mejor terminar una relación, en lugar de buscar la manera de conciliar y solucionar los problemas. Aunque la culpa no la tiene la tecnología, sino el uso que le damos.
El elixir para el malestar
Solo podemos darle un buen uso a todas las herramientas que tenemos para conectar con los demás si somos conscientes de la importancia que tienen en nuestra vida. Las amistades no son un lujo o un capricho que podamos decidir no darnos: son una necesidad biológica y emocional que impacta directamente nuestra felicidad a largo plazo. Los estudios no mienten y la sabiduría popular tampoco; los amigos son la familia que escogemos, y son indispensables para nuestro bienestar.
Ahora más que nunca, es de suma importancia que nos tomemos un momento para agradecerle a quienes están en nuestra vida, y para abrir la puerta para que aún más personas entren a ella. Aprovecha la oportunidad que este mes nos brinda, y celebra todas las relaciones que tengas, independientemente de su naturaleza. Es la conexión humana lo que le da significado a nuestros días, y sin importar si están cerca o lejos, si se ven personalmente o en videollamada, o si no hablan todos los días: un amigo es un tesoro invaluable.
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