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30 de marzo del 2025
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Por Francisco Blanco Calderón
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Francisco Blanco Calderón

Por un mundo nuevo: globalistas vs soberanistas

2025-03-30 | 07:09 a.m.
Por un mundo nuevo: globalistas vs soberanistas
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El debate entre globalistas y soberanistas es una de las tensiones políticas y filosóficas más relevantes en el mundo contemporáneo. Ambos enfoques representan visiones distintas sobre cómo deberían organizarse las sociedades, las economías y las relaciones internacionales. Los globalistas apoyan a la integración global, la cooperación internacional y la reducción de países en vías del desarrollo, se les acusa de debilitar la soberanía nacional y de favorecer a las élites económicas. Mientras que los Soberanistas defienden la primacía del Estado-Nación, la autodeterminación y la protección de las fronteras, rechazan la cesión de soberanía a organismos supranacionales, dando prioridad los intereses nacionales sobre los globales.

Bien lo expone, Alfredo Jaliffe, en su columna Bajo la Lupa, de La Jornada: "Hoy la propaganda de los jinetes globalistas: Blackrock/BancaRothschild/George Soros/Bloomberg, son quienes conservan un inmenso poder en los multimedia, así mismo controlan unipolarmente el mundo financerista e intentan encarnar con el nuevo canciller de Alemania, ex ejecutivo de Blackrock, Friedrich Merz, apuntalados con el militarista Macron, presidente de Francia, y el primer ministro de  Canadá, con Mark Carney, ex director del Banco de Inglaterra, con triple nacionalidad, canadiense, británica e irlandesa, enemigo de Donald Trump, todos ellos manejan a  sus intereses  y  se han atrincherado en gran parte de Europa occidental y de algunos países de Latinoamérica. Se pone en tela de juicio la caduca taxonomía topográfica del siglo XVII entre izquierda y derecha. Este tipo de puntos de encuentro –en Alemania, con AfD y Die Linke y en Francia, con Marine Le Pen– refleja mejor la nueva realidad geopolítica y desecha el encapsulamiento ideologizado y teologizado del caduco orden unipolar globalista neoliberal que convenía semióticamente a los cuatro jinetes globalistas, apuntalados con el militarista Macron, presidente de Francia, ahora en Canadá, con Mark Carney, el ex director del Banco de Inglaterra, de triple nacionalidad, canadiense, británica e irlandesa, enemigo de Donald Trump".

La economía mundial sigue enfrentándose a importantes incertidumbres. Las tensiones comerciales, la debilidad de la inversión, los elevados niveles de deuda y los conflictos geopolíticos pesan considerablemente sobre las perspectivas. Se prevé que el crecimiento mundial se mantenga por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.

El crecimiento económico lento sigue afectando gravemente los avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente en países en desarrollo que todavía sufren los efectos acumulados de crisis sucesivas.  Una inflación alimentaria persistente, unida a un crecimiento económico lento, podría sumir aún más en la pobreza a millones de personas.  Este año centran en el control de los minerales críticos para la transición energética. El aumento de la demanda de minerales críticos, como el litio, el cobalto y los elementos raros de la tierra, ofrece a los países en desarrollo que son ricos en recursos, una oportunidad para impulsar el crecimiento y avanzar a consolidar su soberanía. Sin embargo, estas oportunidades conllevan importantes riesgos: La mala gobernanza, las prácticas laborales inseguras, la degradación medioambiental y la excesiva dependencia de los volátiles mercados de materias primas podrían exacerbar las desigualdades y dañar los ecosistemas, socavando los logros del desarrollo a largo plazo.

La ONU hace un llamamiento a "una acción multilateral audaz para abordar las crisis interconectadas de la deuda, la desigualdad y el cambio climático. La relajación monetaria por sí sola no será suficiente para revitalizar el crecimiento mundial o reducir las crecientes disparidades. También es esencial una mayor cooperación internacional para gestionar los riesgos medioambientales, sociales y económicos asociados a los minerales críticos".

Rusia ha justificado la invasión de Ucrania por una cuestión puramente de seguridad nacional y de amenaza de la OTAN. Sin embargo, las disputas económicas entre Rusia y Ucrania son asuntos de energía, minería o alimentación entremedias. El país que finalmente controle Ucrania tendrá unos increíbles recursos económicos para explotar a lo largo de muchas décadas: agricultura, minería, industria. De ahí la ambición de Donald Trump-Netanyahu en su alianza con Putin para el reparto de tierras, sin guerra, como sucedió en la Primera y Segunda, intentando frenar la Tercera Mundial.

La otra cara de las negociaciones sin guerra, pero con exterminio de palestinos, en Gaza.  Su Interés central para convertirla en un complejo turístico e inmobiliario de primera, tipo Cancún, además de un paraíso fiscal al estilo Panamá, mientras Israel asesina a miles de miles de palestinos. La nueva versión bélica, se da en el Mar Rojo, contra los Huties de Yemen, por el libre tránsito de Asia a Europa. EEUU con Israel, neofascistas, se encaminan a invadir a Irán y Siria, y controlar las tierras raras de Ucrania, Gaza, Groenlandia, anexar a Canadá y sobre todo saquear el petróleo del Golfo de México, imponiéndolo como Golfo de América. Son las metas inmediatas del trumpismo con sus aliados los trillonarios, dueños de todas las redes sociales y medios convencionales, todo previsto, como lo hizo Hitler, para la manipulación, la mentira y la desinformación a las masas consumistas del mundo globalizado. La unión europea controlada, por la dupla neonazi de EEUU e Israel, mientras Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica, además en proceso de integrarse están Venezuela y Colombia, impulsan en los BRICS para impulsar el libre comercio entre las naciones de gobiernos progresistas y nacionalistas. ¿Y México, cuando?

Slavoj Zizek, filosofo esloveno lo sintetiza así: "El populismo trumpiano como una combinación única de libertades sociales formales y dictadura de expertos financieros y políticos; un mundo gobernado por "monarcas" corporativos. Cabe recordar aquí la crítica de Marx al anarquismo, donde señaló lo extremadamente autoritario de su autoorganización. Elon Musk promete liberar al gobierno de las espaldas de los estadounidenses y de sus bolsillos, sin embargo, la lección que hemos aprendido en los últimos cien años es que se necesita una fuerte regulación estatal para evitar que la competencia del mercado se convierta gradualmente en monopolio. Esta es la razón fundamental por la que los nuevos oligarcas abogan con tanto fervor por una menor regulación estatal. En resumen, es una pesadilla difícil de imaginar para nosotros en Occidente, lo que produce desempleo e inutiliza a cada vez más trabajadores: lo que debería ser una bendición se convierte en una maldición" (Substack).

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