Las especies exóticas invasoras (EEI) representan uno de los grandes problemas ambientales por solucionar y, pese a ser una de las mayores amenazas para los ecosistemas nacionales, combatirlas no es fácil por falta de conocimiento y de herramientas efectivas para su gestión.
Se les llama especies exóticas a aquellas que no son nativas de un país o una región (en este caso México) a la que llegaron de manera intencional o accidental, generalmente como resultado de actividades humanas.
Las especies exóticas invasoras son animales, plantas, hongos y microorganismos introducidos y establecidos en el medio ambiente fuera de su hábitat natural. Se reproducen rápidamente, se imponen sobre las especies locales en la competencia por alimento, agua y espacio.
Desde el siglo XVII, las EEI han contribuido en aproximadamente el 40% de todas las extinciones de animales de las cuales se conoce la causa. La introducción de estas en los ecosistemas, es considerada la segunda causa de pérdida de biodiversidad del mundo.
Al ser introducidos en un nuevo medio, ciertos organismos desarrollan un comportamiento diferente al que tenían en su ecosistema de origen, ya que carecen de las medidas de control de su área de distribución natural. Esas medidas incluyen depredadores, condiciones específicas del ambiente o competencia por los recursos, que son las que mantienen a las poblaciones dentro de ciertos niveles de equilibrio en los ecosistemas donde han evolucionado de manera natural por largos periodos de tiempo. Los comportamientos nuevos pueden incluir cambios en los patrones de reproducción, crecimiento descontrolado de las poblaciones o conductas agresivas no mostradas en su medio natural.
A menudo estas especies se introducen deliberadamente, por ejemplo, mediante la piscicultura, el comercio de mascotas, la horticultura o el control biológico. Asimismo, también pueden introducirse involuntariamente por medios tales como el transporte terrestre y marítimo, viajes e investigación científica.
Los efectos negativos de las especies exóticas invasoras sobre la diversidad biológica pueden intensificarse a causa del cambio climático, la destrucción de hábitats y la contaminación. En ecosistemas aislados, tales como las islas, estos efectos son particularmente graves. A su vez, la pérdida de diversidad biológica tendrá grandes consecuencias sobre el bienestar de los seres humanos y entre ellas se incluye el declive de la diversidad de alimentos, lo que provocaría desnutrición, hambrunas y enfermedades especialmente en los países en desarrollo. Además, un gran impacto sobre nuestra economía y nuestra cultura.
Si bien el problema de las especies exóticas invasoras es causado por actividades humanas asociadas con los movimientos internacionales, es necesario tomar medidas a nivel nacional y local. En este sentido, la cooperación internacional puede ser útil. La prevención es el primer paso, pero donde el daño ya está hecho es posible revertirlo si todos trabajamos juntos.
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