Este antiguo dicho popular se aplicaba a quienes presumían en forma exagerada su riqueza y un comportamiento ético que en la vida real no tenían.
Si se les aplicara a muchos políticos mexicanos, encontraríamos que la mayoría presume como logros cosas que son ficticias y honradez que no poseen. Solamente así se entiende cómo al dejar el cargo del que supuestamente vivían en la justa medianía de su salario y en la total austeridad republicana, se les empiezan a encontrar muchas más propiedades que las que el nopal tiene.
Viene esto a colación porque la tendencia a exagerar las cosas es el común denominador de la mayoría de nuestros políticos.
Esta semana la presidente de nuestro país anunció en la conferencia mañanera que México es el país más democrático del mundo, porque se van a elegir mediante voto popular a los jueces, magistrados y ministros.
Esa información solamente la creerán quienes menor preparación tengan y también los que por conveniencias políticas y sobre todo intereses económicos derivados de contratos y programas sociales, cierran los ojos y los oídos ante lo evidente.
¿Cómo vamos a ser un país democrático cuando el abstencionismo ronda entre un 40% y 60%, dependiendo del tipo de elección?.
¿Cómo va a haber democracia en nuestro país cuando los partidos se reparten las candidaturas a cargos de elección popular, no entre los ciudadanos más destacados por su probidad, experiencia y conocimientos; sino entre los mismos de siempre, especialmente entre los clanes familiares que viven de la política y obviamente al amparo de ésta hacen negocios con recursos del erario.
Aclaro, para que nadie se ponga el saco, que siempre habrá excepciones bastante honrosas, pero sobre todo bastante escasas.
¿Cómo va a haber democracia si estamos a punto de tener comicios para elegir a quienes serán jueces, magistrados y ministros, cuando ni siquiera sabemos quiénes son los candidatos, qué experiencia tienen, qué nivel de capacidad y honradez poseen?.
En Cuba hay elecciones. Lo mismo pasa en Venezuela y en Nicaragua. Pero eso no significa que sean países democráticos. La realidad es que ahí están tan "adelantados" que saben de antemano quién va a ganar los comicios, antes de que las elecciones se lleven a cabo.
Declaraciones como las hechas por la presidente de México, solo causan desconcierto y hasta parecen bromas, tanto aquí como en el extranjero.
¿Qué pensarán de nosotros los habitantes de los países nórdicos, los suizos o los alemanes?.
Allá si hay democracia. Acá estamos todavía en pañales.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.
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