El histórico discurso de Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia del aniversario del nacimiento de libertador Simón Bolívar, en donde llamó a los países de América Latina y el Caribe a mantener vivo su espíritu y construir en el continente americano un proyecto económico semejante a lo que es la Unión Europea (UE), “pero apegado a nuestra historia e identidades”, y planteó no descartar la sustitución de la Organización de Estados Americanos (OEA), por un organismo autónomo, no lacayo de nadie...
Ello, en busca de una nueva relación que implique cooperación para el desarrollo y bienestar de todos los pueblos de la región, pero bajo los principios de no intervención, autodeterminación y solución pacífica de los conflictos. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual, “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.
Por ello frente a los cancilleres y ministros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), formuló un reconocimiento a Cuba, por hacer valer su soberanía e independencia durante más de medio siglo frente a Estados Unidos e insistió en que es necesario dialogar con el poderoso vecino del norte”. (la Jornada).
Alberto Fernández en Argentina, Pedro Castillo en Perú, Luis Arce en Bolivia, Lula anuladas las sentencias amañadas del Lava Jato y listo para la recuperación de Brasil, Miguel Diaz Canel en Cuba, Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega de Nicaragua. Se extrañan a Rafael Correa, José Mujica, Tabaré Vazquez y Evo Morales. Ni se diga de Salvador Allende, Jacobo Arbenz, Omar Torrijos y Jaime Roldós, ellos asesinados por la CIA entre 1950 y 1973 y Fidel Castro que sobrevivió a 10 presidentes de Estados Unidos entre invasiones, bloqueos y múltiples intentos en contra de su vida. Ahora Colombia y Chile, con gran movilización social y en plena transformación, mientras Ecuador, Uruguay y Paraguay en transición con una derecha moderada. Y en México?
Aquí en México, los gobiernos neoliberales de Salinas a Peña Nieto (ya que De la Madrid falleció) plantearon reformas estructurales como un mecanismo de saqueo y entrega de los recursos de la nación. Las reformas estructurales fueron medidas que lejos de propiciar mejoramiento de las condiciones de vida de grupos empobrecidos y marginados, agravaron y afectaron en forma negativa el ejercicio de los derechos humanos, particularmente los económicos, sociales, culturales y ambientales.
Estas reformas trataron de responder a las exigencias del sector empresarial mundial y de los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que son los que determinan las directrices que deben seguir los países para crecer y desarrollarse económicamente ante la creencia que el desarrollo económico es sinónimo de bienestar social; sin embargo, responden a la acumulación de la riqueza como fin último.
“América Latina está viviendo un viraje estratégico de vastas proyecciones: desde un desarrollo hacia adentro con fuerte injerencia estatal en la producción y en el sistema de precios, a una estrategia de desarrollo hacia afuera bajo el imperio de un mercado libre, con el sector privado como agente protagónico. Las políticas más malogradas y costosas han sido las asociadas a los programas macroeconómicos de estabilización, así como a la liberalización financiera. En efecto, la visión idealizada del neoliberalismo respecto a las bondades automáticas del mercado lo cegó ante fallas claves que coartan la posibilidad de movimientos rápidos y suaves hacia el equilibrio”. (CEPAL)
Dentro de las reformas estructurales destacan las reformas educativa, laboral, energética y hacendaria, aniquiladas desde el primero de julio del 2018, además de la privatización del agua, costas y playas, hospitales, medicinas y formación especializada de médicos y enfermeras, así como de vivienda y empleo. Se detuvieron los convenios en prisiones, minas, bosques y manglares. Y se recuperó la compra de medicinas en forma libre y ventajosa para el país.
Se desquiciaron nóminas abultadas a la alta burguesía, contratos de seguros médicos privados, movilizaciones en aviones y helicópteros oficiales, recibir moches, contratos, sueldos y prebendas delincuenciales. Amordazaron a medios, periodistas y analistas con moches multimillonarios.
Se hicieron de grandes residencias, joyas, obras de arte. Realizaban viajes, al estilo la película Mecánica Nacional, al llevar en el vocho a la suegra, sirvienta y al perico, sino, ahora movilizaron en dos o tres Suburban´s a esposas, queridas, secretarias, mascotas y mucamas preferidas. Se fueron a jugar golf con el patrón, en helicópteros oficiales. Sobre todo los “bisnes” descomunales que querían en la construcción del aeropuerto (NAICM) y además se les frustró el agandalle de instalaciones y terrenos del AICM.
Todo lo imaginable de estos gobiernos neoliberales corruptos e hipócritas. Por esta suma de agravios, la ciudadanía tiene, ahora, el deber moral de manifestarse en torno a denunciar a los responsables a través de la consulta popular. Esta que se llevará a cabo este domingo para exhibir a los expresidentes como responsables de la corrupción, entrega y saqueo de recursos de la Nación (y como cantó Juan Gabriel “de eso y de muchas cosas más”).
La Consulta derecho y obligación ciudadana, recurso no utilizado en México, pero indispensable para pulsar la opinión de la población en temas de interés público. Todos somos corresponsables bajo la denuncia o el silencio. Bajo la protesta o la sumisión, aunque lo mas grave sería el importamadrismo producto de la desinformación y manipulación mediática. Consulta abierta a todos, estén a favor o en contra, pero todos, para tratar de recuperar al país o de plano seguir permitiendo el robo cínico de unos cuantos. La ciudadanía tiene la palabra.
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