Veracruz | 2021-08-05 | Heladio Castro
La sacudida que alarmó a cientos de porteños el miércoles 4 de agosto no se debió a un sismo natural, sino artificial porque no se generó en el subsuelo, sino en el exterior, por un meteorito extraterrestre que cayó dentro del mar y causó ondas gigantescas que el ser humano sintió como un terremoto.
El meteorólogo Isidro Cano Luna señaló lo anterior y explicó que un sismo natural se produce en las entrañas del suelo, y el del miércoles lo causó un agente externo que penetró en la atmósfera e impactó al lecho submarino.
Aseguró que el punto donde habría tocado fondo no estuvo a 8 kilómetros de Boca del Río, sino a unos 50 a 55 kilómetros frente a la playa de Chalchihuecan, que se considera la costa central veracruzana.
“Por todo lo que me fueron diciendo detecté que es un sismo artificial: algo que ingresó a la atmósfera, como puede ser un meteorito, que se desintegra porque es incandescente, se incendia y es lo que la gente llama una estrella fugaz. Eso ocurrió, pudo haber impactado en esa zona y por la velocidad de camino que trae ocasionó que, al impactar en lo subterráneo, el fondo del mar, se ocasionó un sismo que, por cierto, no se notó en muchas ciudades.
“Pregunté en la zona de Cardel, en la zona de Úrsulo Galván, y muy pocas personas lo percibieron. Sin embargo, fue muy percibido en el puerto de Veracruz y en la zona de Boca del Río. ¿Por qué? Es como si arrojas una piedra a un estanque: el lugar en donde pega es el epicentro, y las ondas oceánicas que ocurren es lo que ocasionan el sismo: eso fue lo que ocurrió”, explicó Cano Luna.
Resaltó que en ese caso las ondas concéntricas se cargaron hacia la zona de Veracruz, Boca del Río, la zona de Alvarado, más que hacia el norte como podría ser La Antigua, Úrsulo Galván, Actopan, Alto Lucero.
Además, la duración no llegó a los 10 segundos, mientras que los sismos que se sienten en varios estados del país y que no tienen epicentro en el Golfo de México llegan a durar hasta un minuto a minuto y medio.
El meteorólogo recalcó que el fenómeno no se debió a un movimiento de placas tectónicas, porque la que está debajo de la República Mexicana y del Golfo de México es la Placa Norteamericana, y no tiene rompimientos en el Golfo de México, lo que sí ocurre en el lado del Pacífico mexicano, como en las costas de Oaxaca y Guerrero, entre otros estados.
Eso explica que los grandes movimientos telúricos que causan daños en el Altiplano se originan en el Pacífico y no en el Atlántico, subrayó Cano.
Por ello recalcó que se trató de un sismo artificial, seguramente causado por un meteorito proveniente del espacio sideral, que al rozar la atmósfera y debido a la velocidad que traía, se incendió y por ello se habría captado una ligera luminosidad. Al golpear el fondo del mar por su tamaño y su velocidad produjo el sismo, concluyó.