Veracruz | 2024-02-14
"Nosotras somos trans desde que nacemos", aseguró Adriana Abascal Pacheco, luchadora social de mujeres trans en entrevista exclusiva con Imagen de Veracruz.
Desde que tiene memoria de su vida, se recuerda como una niña que no comprendía por qué su cuerpo no correspondía a su sentir.
"En mi caso yo era un niño femenino, desde los 6 o 7 años, que me acuerdo, yo me asumía como niña. Jugaba como niña. ¡Quería ponerme el vestido de jarocha de mi hermana, para bailar como niña!", recordó mientras acomodaba su larga y bien cuidada cabellera negra.
Con tintes de muchas emociones en su rostro, confesó que en ese momento no entendía el qué y el por qué.
Desde muy pequeña Adriana empezó el peregrinar, pues sus padres la llevaron con médicos para tratar su caso, sin embargo, en esa época, a principios de los 80´s no había mucha información al respecto.
"Yo empecé a tomar hormonas, para feminizarme desde los 13 años de edad, porque entre los 9 y 10 años mis papás me llevaron a ponerme hormonas masculinas, para que me dejará de ver femenina", mencionó.
Sin embargo, el cuerpo de Adriana también manifestaba su naturaleza, pues incluso le crecían los pezones.
"Era como si me estuviera desarrollando como niña", dijo abriendo al máximo sus obscuros ojos perfectamente delineados.
"El doctor Camacho, allá en Poza Rica, decía que yo tenía más cromosomas femeninos, pero en aquel momento no había estudios que determinarán con claridad mi perfil", añadió.
Los tratamientos a los que fue sometida le causaron afectaciones con las que actualmente lucha.
"Hoy tengo el riñón derecho atrofiado de tanto que estuve ingiriendo hormonas para llegar a la feminización, que hoy ya me veo un poquito más mujer, más natural, sin tanta cirugía", reconoció.
Con el paso de los años, y ante la falta de ayuda médica, incurrió en prácticas que le afectaron aún más su salud, por lo que se convirtió en una promotora de la ayuda para la gente con polímeros.
"Soy promotora de la ayuda a personas con polímetros porque hubo momentos en que yo también me hice infiltraciones de aceite mineral en los glúteos", afirmó.
Explicó que los polímeros son también conocidos como biopolímeros, son materiales utilizados en medicina estética que pueden ser perjudiciales para la salud.
En su caso, Adriana, se infiltró los glúteos, situación que la expuso a complicaciones que hoy tienen en vilo su salud.
"En mi caso, tengo dañado los riñones y el hígado graso, aunado a que los polímeros me caminaron de los glúteos hacia la cintura, y esto me provoca dolores en las cervicales, todo va empezando a afectarse", destacó.
Ese aceite que se infiltró le subió un poco más arriba de la columna, se desplazó hacia el lado derecho y ahora trae una constante sensación en la garganta de tener aceite mineral que fue el que se aplicó en los glúteos.
"Ahorita puedo hablar, pero en el 2009 me empezó una tos y yo pensaba que tenía tuberculosis, de hecho, tengo el pulmón dañado y ya me querían operar, sin saber verdaderamente lo que era, cuando platique lo que me había inyectado y me revisan, entonces deciden hacerme una resonancia magnética y ahí es donde vieron como los modelantes migraron de los glúteos hacia arriba, se desplazaron hacia el pulmón y se me alojaron dos llamitas en las zonas bronquiales, de lado y lado", aseveró.
"Ahorita, como yo no llevo un cuidado completo, cada vez que estoy sentada o acostada boca abajo, los modelantes están emigrando a las caderas, si yo no tengo una cirugía de lado y lado, para empezar a limpiar, próximamente tendré el problema de Alejandra Guzmán, que implica tener que cambiar las caderas porque ya los huesos se empiezan a infiltrar del aceite y se empieza a carcomer y a desgastar", agregó.
Finalmente dijo que de los polímeros se derivan varias patologías, pero se complican aún más cuando las persona tienen mala circulación, artritis, diabetes o VIH, estos dos últimos son los más complicados.