Veracruz | 2024-06-25
Todo comenzó con una coronación de ensueño. Evangelina Tejera Bosada, con solo 18 años, fue coronada como la mujer más bella del Carnaval de Veracruz en 1983.
Su belleza cautivó a todos, y bajo las luces y aplausos, parecía que su vida solo podía ir en una dirección: hacia arriba.
No obstante, detrás de esa sonrisa radiante y esos ojos verdes expresivos, se escondía un oscuro y perturbador pasado que, finalmente, la llevaría a cometer uno de los crímenes más atroces de los que se tenga memoria en el puerto.
Los inicios de Evangelina no fueron fáciles. Creció en un hogar lleno de violencia, con un padre alcohólico que golpeaba a su madre y a ella.
A pesar de esto, su belleza la llevó a los escenarios más deslumbrantes, y con la ayuda de su padre, comenzó a frecuentar la alta sociedad veracruzana.
Todo parecía perfecto en su vida pública, pero su vida personal era un caos de excesos y relaciones destructivas.
Con el tiempo, los excesos comenzaron a cobrar factura. Evangelina se sumergió en el alcohol y las drogas, lo que afectó su capacidad para cuidar de sus dos hijos, Jaime y Juan Miguel.
La situación llegó a un punto crítico la mañana del 18 de marzo de 1989. Según testigos, Evangelina, en un arranque de furia, tomó a sus hijos y los golpeó hasta la muerte.
Consumada la tragedia, intentó incinerar sus cuerpos y, al no conseguirlo, los desmembró y ocultó los restos en macetones en su departamento.
Las sospechas sobre el paradero de los niños crecieron cuando Evangelina comenzó a inventar excusas. Finalmente, su hermano descubrió la verdad y alertó a las autoridades.
Los policías encontraron los cuerpos desmembrados de los niños y Evangelina confesó el crimen. Fue arrestada y posteriormente sentenciada a 20 años de prisión.
En prisión, Evangelina continuó con su vida de excesos. Se relacionó con peligrosos criminales, incluido Oscar Sentíes Alfonsín, conocido como "El Güero Valle", un poderos narcotraficante y sicario.
A través de esta relación, logró mantener cierta "realeza" dentro del ambiente carcelario, retomando su maltrecha corona con un séquito tras las rejas.
En 2006, gracias a los favores de su amante y la intervención de un político, Evangelina fue liberada de prisión. Sin embargo, la muerte de "El Güero Valle" poco después la dejó nuevamente sola.
Desde entonces, su paradero es desconocido, dejando tras de sí una historia de glamour, tragedia y horror que aún resuena en la memoria de Veracruz.