Veracruz | 2024-12-30
Que tal, mis chavos. fíjense que me disponía a echar la reta de fucho y de básquet con mis cuates de Puente Moreno, en Medellín, pero me llevé una gran sorpresa que hasta las ganas de hacer deporte se me fueron.
Al querer terminar el año dando clases de deporte en una de las canchas que tiene el fraccionamiento, el llamado "Domo", me percate que el inmueble está pidiendo a gritos una manita de gato, que digo manita, una garra de tigre, pues ya las instalaciones están de "mírame y no me toques".
Este lugar se ubica en la avenida Paseo de las Aves, entre Circuito Colibrí Sur y Circuito Chachalaca Norte, en el fraccionamiento Puente Moreno de Medellín. El sitio es ocupado para diferentes actividades a lo largo del año, por lo que sus condiciones estructurales deberían mejorar.
Resulta que para empezar, la malla ciclónica que cubre la cancha ya no está en algunos puntos del centro deportivo, solo quedan los pedazos de lo que alguna vez cubría el espacio.
En segundo lugar, el domo ya no cuenta con una parte del techo, es decir, las láminas se reventaron y nadie sabe dónde quedaron, por lo que una parte de la cancha recibe los rayos del sol y las gotas de lluvia. No se sabe en fecha serán puestas otra vez. ¿Hasta cuándo? dijera aquella viral canción.
Los chavos con los que iba a tirar la reta, me dijeron que con el reciente frente frío, las láminas quedaron colgando, por lo que una fue tirada ahí en el mismo lugar.
Otro de los puntos más desastrosos son las bases que sostienen este lugar hecho para el deporte, pues toda su infraestructura está oxidada y picada, representando un peligro latente para los que acuden a echar cáscara.
Se supone que tiene un segundo piso que aparentemente era ocupado como grada, sin embargo, ya nadie sube, o al menos eso quiero pensar, pues las escaleras ya están desprendidas y con todo el alambre de fuera, dejando un posible corte a quien pase cerca de ellas.
Otra cosa que también me impactó, fue el área de juegos para los más pequeños, pues solo hay dos y todos inservibles. La resbaladilla toda chueca y solo es sostenida por una piedra, semejante sistema de seguridad tienen, ni las potencias mundiales lo ocupan.
El área está abandonada, pues ni una barrida le pasan, las hojas del otoño de hace quien sabe cuántos años siguen ahí sobre el suelo.
Ya voy a dejar de escribir porque nada más de acordarme me da muina, de veras. Ya mejor ahí le paro y dejo estas palabras a quien corresponda y sea el encargado de rehabilitar ese espacio que sirve de mucho para los más jóvenes, para que enfoquen su tiempo libre en el deporte y no en malos pasos, que bueno, ahí podrían dar un mal paso pero por las condiciones del lugar.