De contador a pescador: Sergio Rincón fue conquistado por el mar de Veracruz

Sergio Rincón tiene casi 65 años y no puede imaginar su vida sin ser pescador en Veracruz; "el mar me atrapó", cuenta mientras sonríe

Veracruz | 2024-08-18

La piel enrojecida y sus brazos marcados por el sol delatan los 35 años que ha pasado expuesto al mar. Sergio podría estar en una oficina, tras un escritorio, si su sueño de ser secretario corresponsal contable se hubiera realizado, pero las cosas no salieron como esperaba.

Cuando tenía 22 años Sergio Rincón Marcial se recibió como secretario corresponsal contable y se casó. Con una familia comenzó su búsqueda de empleo, pero no pudo encontrar algún puesto que necesitara a alguien con su experiencia.

Después de buscar por un tiempo y con la urgencia de llevar el sustento a su hogar, comenzó a realizar todo tipo de trabajos para poder ganar dinero.

"Yo soy mil usos, sé de electricidad, fontanería, albañilería, sé todo eso, porque pasé por todos esos oficios antes de ser pescador", platica desde el muelle.

En México, cinco de cada 10 egresados trabaja en algo que no estudió, y uno de cada cuatro se emplea en la economía informal, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

Los diferentes oficios que Sergio realizaba servían para llevar comida a su hogar, pero no era suficiente para poder mantenerse. Estaba pasando por esos momentos complicados donde solo alcanza para lo justo y los días de la semana parecieran eternos en la espera del siguiente pago. Trabajar mucho y ganar poco era algo constante; eso lo animó a probar otro tipo de oficio.

Más de una tercera parte (33.4%) de los egresados universitarios en México no tienen un empleo. Esta falta de oportunidades laborales y la exclusión del mercado laboral la atribuyen particularmente a los requisitos de experiencia que piden las empresas, a la falta de vacantes en su campo de estudio, y a los malos sueldos y salarios.

Así nace un pescador

Las oportunidades llegan de una forma muy extraña: hay quienes no las ven o a veces las dejan pasar. El momento crucial que marcaría la vida de Sergio sería aceptar la invitación de su amigo para ir a pescar. 

Con la promesa de ganar más de 450 pesos al día (cantidad que estaba ganando semanalmente), Sergio comenzó su nuevo oficio.

Inició pescando en las costas de playa Zona Norte en el puerto de Veracruz, lugar donde actualmente se realiza la ampliación del recinto portuario, pero que guarda muchas historias de vida.

Trabajando en su primer día y con muchas expectativas, aprendió de su compañero algunas cosas sobre el oficio y -sobre todo- que en solo tres días podría ganar más que en una semana de sus trabajos anteriores.

El primer día que salió a pescar Sergio recibió su parte del pago: eran 800 pesos, una cantidad que pensó que le habían dado por error. 

Al día siguiente, al finalizar su jornada y regresar con una gran cantidad de pescado, ganó 700 pesos.

Extrañado de recibir tal cantidad se acercó a su compañero para recibir una respuesta que le abriría los ojos sobre su nuevo trabajo.

"Sé que es poco, pero es porque vas empezando y aun no le sabes, con el tiempo iras aprendiendo y vas a ganar más."

Con estas palabras, pudo valorar que el trabajo de ser pescador deja buena paga, sobre todo si le dedica tiempo, porque como todo oficio se le debe poner constancia y pasión.

Dicen que el dinero no da la felicidad, pero sí cambia la calidad de vida y eso es algo claro que debe considerarse cuando de un mejor sueldo se habla.

La meta era clara: trabajar duro y pulir sus habilidades para ganar experiencia en su entorno profesional.

No era fácil, debido a que la pesca es un trabajo que depende del clima, la temporada de lluvias, al igual que las épocas de migración de las especies. Todas esas variantes, son las que Sergio aprendió con el tiempo. 

Sergio tiene casi 65 años y no puede imaginar su vida sin ser pescador, ¿Qué habría sido de mi vida? es una pregunta que no pasa por su mente, ya que no se arrepiente del camino que escogió.

Con sus manos ásperas por un trabajo duro y constante en alta mar, Sergio sonríe al contar su historia. Su tez morena rojiza por el sol es el sello de su profesión que logró mejorar su vida en momentos difíciles.

"El mar me atrapó, esta es mi vocación, es otro mundo y a mí me gusta mucho": Sergio Rincón, pescador.

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