| 2024-08-21
Ernest Cassirer filósofo y humanista alemán, escribe sobre la cultura: cada forma puede trocarse en otra, todo puede nacer de todo, la forma de las cosas amenaza con esfumarse a cada instante, pues no descansa sobre cualidades fijas, las cualidades y los propiedades son datos de la observación empírica y solo el tiempo logra comprobarlas tras largos periodos , notas o relaciones distintas, y de esta manera el mito no reconoce uniformidades u homogeneidad....las realidades cambian según los prismas con los cuales se mire...y así sucede con el arte, con la apreciación del mismo y sus ejecutantes.
El cine es un vasto ejemplo, crea mitos, símbolos, controversias, como el fenómeno Alain Delon, actor francés.
Quien por años fue considerado un bello ejemplar del celuloide, un hombre polémico, audaz y prototipo del intrépido protagónico de cine negro y de acción.
La década de los sesenta dio paso, a una filmografía singular, intensa y retadora de los cánones sociales y estéticos. En ellos encajó un joven desparpajado, de hermosos ojos azul intenso llamado Alain Delon.
Su talento se asoció con el del controvertido director Luchino Visconti, primero con El Talento de Mr Ripley y después en 1963 con el estreno de la famosa cinta Gatopardo basada en la novela de Lampedusa. En esta Delon, es Tancredi, joven seductor y oportunista, capaz de convertir las circunstancias adversas a su favor. De allí la máxima...si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie....
Es muy amplio el trabajo de Delon en el séptimo arte. Ello comprende Rocco y sus hermanos, también dirigida por Visconti y en El eclipse dirigida por Antonioni, el mismo 1963, de Gatopardo.
En 1967 estrena El silencio de un hombre bajo la dirección de Melville y ello lo catapulta en los tramas de intriga y sordidez y es 1969 con la película La piscina de Deray cuyos roles estelares comparte con la vienesa Romy Schneider donde su seducción en y fuera de la pantalla lo condujo al mito de gran galán.
La vida del actor, productor y hombre de negocios galo fue vertiginosa, altibajos personales, acrecentaron su permanente estatus de sex-simbol y simultáneamente su distancia con el público, subrayan su personalidad singular. Así como su actitud, sus opiniones radicales y discordantes y su halo de hombre misterioso, los detonantes de su fama.
Hoy tal vez varios se queden con Borsalino o El Tulipán Negro películas populares de Delon, otros con el encanto de sus atributos físicos pero casi todos vamos a coincidir con los postulados de Cassirer, solo las veleidades del tiempo y los prismas - filtro de cada cerebro, son los otorgadores de los mitos y las leyendas....adiós Alain...