Guerrero | 2024-05-02
La historia del obispo de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel Mendoza reportado como desaparecido y días después hallado en un hospital de Cuarnavaca podría dar un giro inesperado en las próximas horas.
El monseñor Salvador Rangel fue reportado como desaparecido el sábado 27 de abril, el lunes 29 de abril por la tarde fue hallado en la sala de urgencias del hospital general "José G. Parres", de Cuernavaca, donde fue llevado por una ambulancia.
El ingreso al hospital, conforme a la bitácora oficial, fue a las 10:00 horas del domingo 28 de abril luego de ser encontrado "en un establecimiento público, con deterioro neurológico, sin pertenencias y con blister de 2 pastillas de sildenafil (viagra)".
Desde antes de ser localizado, se presumía que el obispo habría sido secuestrado ya que Salvador Rangel Mendoza se encargaba de ser mediador entre grupos criminales de la región para buscar la paz.
También se especuló que Rangel Mendoza habría recibido amenazas por parte de grupos criminales.
Desde el lunes la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió una alerta y pidió el apoyo de los tres niveles de gobierno para localizar al jerarca católico.
José Antonio Ortiz Guarneros, comisionado estatal de seguridad, confirmó este jueves 2 de mayo que no existen elementos para suponer secuestro exprés contra el obispo de la diócesis de Chilpancingo, Guerrero, como se había rumorado.
El primero que puso en duda el secuestro exprés fue el secretario de gobierno en funciones de gobernador, Samuel Sotelo Salgado, al revelar que el obispo fue visto por última vez en una pizzería del municipio de Emiliano Zapata, donde se reunió con un trabajador de ese negocio.
Los primeros exámenes toxicológicos practicados al obispo arrojaron la presencia de cocaína y benzodiacepinas, de acuerdo con el reporte médico de egreso voluntario.
La ficha médica indica que los paramédicos acudieron a un llamado de auxilio del Hotel Real Ocotepec, situado en el norte de Cuernavaca, para auxiliar al obispo y llevarlo al hospital, en ese lugar el obispo fue encontrado desnudo y con dificultad para hablar.
A ese lugar acudió el fiscal Uriel Carmona para confirmar la identidad del obispo y posteriormente declaró que el monseñor fue drogado y víctima de secuestro exprés, con el objetivo de privarlo de dinero a través de cajeros automáticos.