| 2025-01-20
Patrick Wood Crusius, un joven de 24 años, fue condenado a 90 cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional por el ataque racista y mortal que llevó a cabo el 3 de agosto de 2019 en un Walmart de El Paso, Texas. El tiroteo dejó 23 personas fallecidas y decenas de heridos, la mayoría de origen hispano, y fue clasificado como un acto de terrorismo doméstico y un crimen de odio.
Crusius condujo desde Allen, Texas, hasta El Paso (aproximadamente 10 horas de distancia) para llevar a cabo el ataque, motivado por un odio hacia los inmigrantes y los hispanos.
El tiroteo tuvo lugar en un Walmart, un lugar concurrido donde muchas familias estaban haciendo compras. Fue premeditado, y Crusius apuntó deliberadamente a personas de origen latino.
Antes del ataque, Crusius publicó un manifiesto en línea en el foro 8chan, en el que expresó ideas supremacistas blancas y antinmigrantes. Alegó que el ataque era una respuesta a una supuesta "invasión hispana" en Estados Unidos.
Este manifiesto lo vinculó con otros ataques de motivación racista, como el ocurrido en Christchurch, Nueva Zelanda, en 2019.
La mayoría de las personas asesinadas eran de origen mexicano o hispano, incluidas varias personas de México que estaban visitando o viviendo cerca de la frontera.
En junio de 2023, Crusius se declaró culpable de 90 cargos federales, incluidos crímenes de odio y el uso de armas de fuego para cometer asesinato. Esto fue parte de un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte, aunque enfrentará un juicio separado a nivel estatal, donde los fiscales han indicado que buscarán la pena capital.
El juez federal que dictó la sentencia enfatizó la gravedad del ataque, calificándolo como un acto de odio extremo que causó un impacto devastador en las comunidades locales y en las familias de las víctimas.
El ataque fue un claro ejemplo del aumento de los crímenes de odio y el extremismo violento motivado por ideologías racistas en Estados Unidos.
Subrayó la necesidad de combatir la supremacía blanca y de regular las plataformas en línea donde se difunden ideas extremistas.
El gobierno mexicano condenó el ataque y pidió justicia para las víctimas, además de ofrecer apoyo a sus ciudadanos afectados. México también exploró vías legales para demandar a los fabricantes de armas en Estados Unidos, argumentando que su laxitud contribuyó al ataque.
El caso impulsó debates sobre el control de armas, el discurso de odio y la vigilancia del extremismo doméstico. También generó llamados a fortalecer las leyes contra los crímenes de odio en Estados Unidos.
El caso de Patrick Wood Crusius es una tragedia que dejó una huella imborrable en las comunidades de El Paso y más allá. Su condena a 90 cadenas perpetuas es vista como un mensaje claro contra los crímenes de odio y el extremismo racista. Sin embargo, también resalta la urgencia de abordar las raíces del extremismo, los problemas sistémicos de racismo y el acceso a armas en Estados Unidos.