Estados Unidos | 2023-08-15
Natasha Kulviwat, de solo 16 años de edad, pasó seis meses en el laboratorio de la Universidad de Columbia estudiando el tejido cerebral de personas que se suicidaron.
El objetivo de su investigación era encontrar si algún biomarcador podría ayudar a explicar y con el tiempo prevenir el suicidio.
El trabajo de Natasha le valió el Premio Gordon. E Moore por Resultados Positivos para las Generaciones Futuras. Además del reconocimiento se llevó la suma de $50,000 dólares.
La cantidad que ganó Natasha estaría destinada para gastos universitarios en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Regeneron.
Natasha Kulviwat encontró diferencias entre 10 cerebros de personas que murieron por suicidio y 10 cerebros de personas que murieron por causas diferentes.
En el caso de los cerebros de las personas que se suicidaron contenían una mayor cantidad de citoquinas inflamatorias. Lo que podrían indicar que es una característica relevante para evaluar el suicidio.
Las citoquinas crean inflamación como una parte normal de la respuesta de su sistema inmunológico a los patógenos. Pero su cuerpo también puede liberarlos cuando no hay amenaza, por ejemplo, durante el estrés crónico, y eso puede causar una inflamación excesiva.
La investigación de Natasha sugiere que la inflamación afectó a una proteína específica del cerebro conocida como claudina-5.
La claudina-5 generalmente se encuentra en las células que forman la barrera hematoencefálica (BBB). Esta desempeña un papel importante en la regulación de las sustancias que pueden pasar de la sangre a las células cerebrales.
Pero Natasha Kulviwat encontró niveles elevados de claudina-5 en otras partes del cerebro, en las neuronas y los microvasos, de los que se suicidaron, lo que indica que hubo un colapso de la BBB.
Eso significa que los agentes extraños en la sangre ahora pueden ingresar a áreas funcionales del cerebro, lo que puede ser neurotóxico, dijo. Los resultados sugieren que los niveles elevados de claudina-5 en el cerebro podrían servir como un biomarcador de riesgo de suicidio.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el riesgo de suicidio generalmente se evalúa al observar cosas como antecedentes de depresión u otra enfermedad mental, circunstancias de la vida como eventos adversos en la infancia o pérdida de trabajo y otros factores psicológicos como impulsividad o una sensación de desesperanza.
Ya que el suicidio es un problema de salud pública tan importante, la investigación de Kulviwat se une a una serie de estudios que buscan biomarcadores de suicidio.
Los descubrimientos de Natasha ayudan a crear conciencia y brindan apoyo a las personas que han perdido a seres queridos por suicidio.