El Vaticano | 2024-05-18
Las normas para el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales han sido actualizadas. El nuevo documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aprobado por el Papa, establece seis posibles conclusiones y entrará en vigor el 19 de mayo, fiesta de Pentecostés.
El Cardenal Prefecto Víctor Manuel Fernández presentó el texto, el cual destaca que ni el obispo ni la Santa Sede se pronunciarán oficialmente sobre la naturaleza sobrenatural del fenómeno, enfocándose en promover la devoción y las peregrinaciones.
Estas actualizaciones se deben a la experiencia del siglo pasado, donde hubo conflictos de opiniones entre obispos y el Santo Oficio sobre la sobrenaturalidad de ciertos fenómenos.
Además, los largos tiempos necesarios para evaluar estos casos contrasta con la urgencia de respuestas pastorales. Por ello, el Dicasterio revisó las normas desde 2019, resultando en este nuevo texto aprobado el 4 de mayo.
El Cardenal Fernández menciona que estos fenómenos a menudo producen grandes frutos espirituales, fomentando la fe y la fraternidad. Sin embargo, también pueden presentar riesgos, como el abuso de poder y la difusión de errores doctrinales.
Los fenómenos podrían ser manipulados para obtener beneficios personales o cometer abusos, siendo esenciales las nuevas normas para proteger a los fieles.
El obispo examinará el caso y solicitará la aprobación del Dicasterio, evitando declaraciones públicas sobre la autenticidad del fenómeno. Se formará una comisión de investigación con teólogos, canonistas y peritos según la naturaleza del fenómeno.
Los criterios positivos incluyen la credibilidad y buena reputación de los implicados, ortodoxia doctrinal y frutos de la vida cristiana. Los criterios negativos abarcan errores manifiestos, espíritu sectario, búsqueda de beneficios personales y actos inmorales.
Las nuevas normas permiten a la Iglesia discernir la presencia de signos de la acción divina en los fenómenos y evaluar si sus frutos espirituales son válidos o necesitan ser purificados. Como regla general, no se declarará la sobrenaturalidad oficial de estos fenómenos, y solo el Santo Padre puede autorizar dicho reconocimiento.