Octavio Romero Oropeza: ¿Enemigo de la UNTyPP?

Crónicas del Poder

Veracruz | 2024-08-15

Cuando pensaron que todo mejoraría y se finiquitaría el saldo laboral que tiene Petróleos Mexicanos (Pemex) con la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), terminó siendo un sexenio perdido.

A pesar de la intención de apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la cercanía con varios miembros insignes de la 4T, el mar de incertidumbre laboral y legal sigue ahogando a los trabajadores de esta unión.

Estos técnicos y profesionistas, que no son ni de base ni exactamente "de confianza", están en una especie de limbo donde las promesas y los contratos se desvanecen tan rápido como el presupuesto en una obra pública.

Aquí un poco de historia.

Pablo López Figueroa, voz de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), describe con precisión quirúrgica la situación: "Ni nos rige el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) del personal de base, ni el reglamento del personal de confianza, que en realidad es para los gerentes".

Lo irónico es que, a pesar de estar "fuera del radar", los acuerdos entre el STPRM y Pemex no han dudado en reducir plazas de este personal cuando les conviene, como si fueran fantasmas a los que pueden desaparecer de un plumazo.

ALZARON LA VOZ EN LA PRIVATIZACIÓN

Recordemos el acuerdo de 2013 entre Emilio Lozoya y Carlos Romero Deschamps, una dupla que solo podríamos comparar con Batman y Robin... si Batman y Robin hubieran trabajado para el Guasón.

Pero no se confundan: estos trabajadores no se quedaron callados. Desde la privatización de áreas de Pemex en los 90, han levantado la voz, organizándose primero para defender la empresa y luego para protegerse a ellos mismos de una maquinaria que, con la misma mano que da, quita.

Y ahí está el quid de la cuestión. A pesar de haber logrado el registro sindical en 2009, todavía enfrentan una batalla cuesta arriba para conseguir un contrato colectivo que les garantice derechos básicos. Hoy en día, muchos de estos trabajadores siguen haciendo guardias de hasta 36 horas seguidas, algo que ni los legisladores más "entusiastas" soportarían.

DESMANTELAN SUS DERECHOS LABORALES

Recientemente en el sur de Veracruz, los reclamos se volvieron a avivar.

El viernes pasado, mientras la mayoría de los mexicanos despertaban para comenzar su jornada, un grupo de técnicos y profesionistas de Pemex se reunió de nueva cuenta en una manifestación pacífica en la avenida Universidad Veracruzana de Coatzacoalcos.

La imagen podría pasar desapercibida en el océano de noticias que nos inunda diariamente, pero lo que ocurrió frente al Edificio Corporativo de Pemex Petroquímica es un reflejo de una problemática profunda y latente.

Los miembros de la UNTyPP no se manifestaron por capricho. Lo hicieron porque, durante más de 20 años, sus derechos laborales han sido desmantelados sistemáticamente.

Didier Marquina Cárdenas, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la UNTyPP, lo expresó así: "Nuestra libertad sindical está siendo menoscabada de diversas formas". Y no es para menos, cuando se enfrentan a jornadas laborales dobles sin remuneración, una nómina que sigue igual a pesar de la falta de cobertura de plazas, y la represión sindical que les niega el derecho a un trabajo digno.

OCTAVIO, UNA PIEDRA EN EL ZAPATO

El contraste es singular. En un país donde el presidente de la República ha instruido igualar la edad de jubilación y antigüedad de la UNTyPP con la del sindicato mayoritario, ¿por qué Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, no ha cumplido con estas directrices? Es una pregunta que flota en el aire como un barril de petróleo sin refinar: pesado, valioso, pero ignorado por aquellos que tienen el poder de procesarlo.

Dicen los que saben que el agrónomo nunca entendió la importancia de los técnicos, los que sí saben, en el sector energético. 

Lo más preocupante es la aparente indiferencia hacia esta situación. Los trabajadores de la UNTyPP se han visto obligados a protestar pacíficamente, a alzar la voz en un entorno donde la represión sindical parece ser la norma.

La UNTyPP no está pidiendo nada extraordinario. Quieren lo que cualquier trabajador merece: un ambiente laboral justo, donde se respeten sus derechos y donde las jornadas extenuantes no sean la norma.

Sin embargo, la realidad que enfrentan es otra.

En un país donde el petróleo ha sido históricamente el motor económico, es paradójico que quienes mantienen ese motor en funcionamiento sean tratados con tal desdén. Es hora de que Pemex y las autoridades correspondientes dejen de ignorar las demandas legítimas de la UNTyPP.

Porque, al final del día, si los que sostienen el andamiaje técnico de la empresa colapsan, el impacto será mucho más grande que una protesta frente al Edificio Inteligente.

AL OÍDO

Ayer, la Magistrada Janine Madeline Otálora Malassis, en un tono de fina ironía, reveló lo que muchos aseguran que existió.

Procesos adelantados, mañaneras cargadas de injerencia, magistrados ausentes y la sombra inquietante del crimen organizado, todos ingredientes en el cóctel electoral del pasado 2 de junio.

Y, sin embargo, al final, Otálora Malassis reconoció el triunfo de Claudia Sheinbaum.

¿Una aceptación a regañadientes o simplemente un acto protocolario? En la política mexicana, la verdad siempre está abierta a interpretación.

Bien dijeron por ahí: sin desperdicio su intervención.

joluperezcruz@hotmail.com

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