| 2024-12-14
El gobierno de Rocío Nahle afrontó su primera crisis y el tema fue complicado, tanto que posiblemente hasta ahora no tenemos dimensiones de las implicaciones que podría tener en unos meses y, aunque lo atendió con cautela y como dice el manual, no sabemos si ya la libró.
El lunes 9 de diciembre, el diputado federal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Benito Aguas Atlahua, fue asesinado en Zongolica, junto con un ingeniero que había contratado para realizar una obra. El legislador del partido aliado de la 4T recibió dos disparos, uno en el tórax y otro en la cabeza.
El problema de inseguridad y violencia recalcitrante en el estado de Veracruz, particularmente en contra de políticos. Casi medio centenar de políticos asesinados en la última década en la entidad veracruzana, una herencia maldita para Morena que con Cuitláhuac García Jiménez se arraigó y que recibe ahora a Rocío Nahle.
Esa herencia maldita recibe a la gobernadora y tiene en frente la decisión de actuar, el momento indicado para que no siga creciendo, en la antesala de un nuevo proceso electoral.
Pero el crimen en contra de Benito Aguas adquiere otro matiz al imaginar qué hubiera pasado si cuando llegó al Hospital del IMSS Bienestar en Zongolica, hubiera encontrado especialistas y medicamentos.
A Benito Aguas le tocó sufrir esa carencia que mujeres embarazadas, indígenas, niñas y niños, adultos mayores, sufren cada que requieren un servicio en esta clínica, la cual fue insuficiente para atenderlo y tuvo que ser trasladado a Orizaba.
Fueron tres horas para que el legislador tuviera atención médica, tiempo que no sabemos si hizo la diferencia en su atención.
Lo que sucedió es otro problema que recibe la gobernadora. El tema de salud fue la tragedia de todo el gobierno de Cuitláhuac García, probablemente el más sentido, tanto en las grandes urbes como en los pueblos y regiones más alejadas y la muestra es lo que ocurrió con el legislador asesinado.
Rocío Nahle arrancó esta semana su programa que se presenta como emblema, las camionetitas de la salud, que buscan resolver en parte lo que tanto se debe en salud por parte del Estado.
A todo lo mencionado se suma que la víctima era justamente un militantes destacado del Partido Verde Ecologista de México, aliado de Morena, con quien buscan competir el próximo año, no sabemos aún, y es muy temprano, cuánto repercutirá esto.
Por eso la primera crisis de Nahle fue más que complicada, es una prueba enorme de la definición que tendrá que tomar su gobierno en problemas que son una herencia que el último gobernador no se pudo sacudir.