Veracruz | 2024-08-30
Después de conocerse el doping del italiano de Jannik Sinner y las críticas que tuvo respecto al proceso para de alguna manera blindar al jugador europeo, se revivieron casos similares donde no hubo el mismo trato.
Nuestros amigos recordarán que el el caso del número uno del ranking ATP, Jannik Sinner, dio positivo a un control antidopaje pero se supo solo cuando ya había realizado el proceso de defensa y el resultado fue en su favor, sin una suspensión de por medio como en otros tantos casos.
La familia del tenis acusa que el italiano tuvo un trato preferencial para su caso.
Este tema ha dado como consecuencia revivir lo que en su momento ocurrió con el tenista estadounidense Andre Agassi, quien prácticamente se burló de las autoridades cuando reveló en su libro "Open", detalles del doping en el que incurrió en el 2009, donde nunca recibió una sanción.
Y es que el irreverente tenista dijo que en 1997 consumió ´crystal meth" (metanfetamina) y que fue alertado por la ATP para preparar su defensa y con ello engañar a las autoridades con una carta aderezada de medias verdades y medias mentiras.
Sin duda lo que la gente reclama es el trato preferencial que tuvo el tenista estadounidense, cuando atletas de la época no tuvieron tregua.
Entre los noventas y 2000 fue una época en la que asunto del doping más bien parecía una cacería de brujas, una persecución a tenistas entre ellos los argentinos, años en donde las autoridades francesas, por ejemplo, insistían en el doping de Rafael Nadal, quién se convirtió hoy en el día el amo y señor del Roland Garros con 14 títulos.
Precisamente y acerca de que no se ha dado una paridad en el tratamiento de casos de doping aparentemente similares, como que parece que hay tenistas de primer nivel y otros de segundo, incluso del montón.
Guillermo Coria en el 2001 incurrió en presunto consumo de nandrolona, sustancia que argumentó fue hallada en su organismo debido a que ingirió un suplemento contaminado.
Los dichos de Coria no fueron escuchados por las autoridades y fue sancionado siete meses, bajo la premisa de que es el único responsable de lo que hay en el interior de su cuerpo, premisa que no fue aplicada en el italiano Jannik Sinner.
Otro tenista argentino, Mariano Puerta, quien en el 2005 consumió por accidente una sustancia que potenciaba sus condiciones sin que lo aceptara incluso hoy en día, reveló años después que mintió ante los tribunales deportivos por consejo de los abogados. Se burló de la autoridad.
El argentino traía en la espalda un caso anterior de dopaje en 2003, por el que recibió una sanción por reincidencia de ocho años de la Federación Internacional de Tenis, pena que se redujo a dos años luego de apelar al Tribunal de Arbitraje Deportivo.
Y para cerrar el tema, no podemos pasar por alto un caso muy particular de María Sharapova, quien en su momento de mayor plenitud, dio positivo a una sustancia que si bien no estaba prohibida, cuando pasó a serlo no se enteró y fue sancionada.
Sharapova dio positivo en 2016 tras haber consumido meldonium, por lo que fue sancionada por 15 meses sin jugar, tras su regreso ya no pudo despegar como lo hizo antes de ser castigada.
Entre el 2006 y 2015 la rusa fue objeto de pruebas y nada pasaba, pero en el 2016 fue cuando vino el revés, la sanción y la debacle de quien era en ese momento era la tenista más emblemática del mundo por el marketing que movía.
En conclusión, el tema del doping ha sido la sombra de los tenistas, porque no en todos los casos se aplican los mismos criterios.
Amigos, hasta la próxima.
Ing. César Ramírez Aguirre.
40 años de carrera profesional.
Generando campeones.