La ley seca, esa medida que muchos ignoran hasta que aparece el cartel en la puerta del establecimiento, será aplicada en todo el estado de Veracruz, de forma obligatoria, el sábado 31 de mayo y el domingo 1 de junio.
No es sugerencia. No es advertencia. Es mandato oficial. Y desobedecerlo puede costar mucho más que una jornada de ventas.
La medida no es nueva. En tiempos de elección, el objetivo siempre ha sido el mismo: reducir riesgos, mantener la calma y permitir que los ciudadanos voten en orden.
Lo confirmó la gobernadora Rocío Nahle: "Queremos una elección en paz". Así lo dijo. Y como parte de ese esfuerzo, el gobierno del estado ordenó la suspensión total de venta de bebidas alcohólicas durante esos dos días. Sin excepción.
Aquí empieza lo importante. Si un establecimiento –bar, tienda, restaurante, supermercado, cualquiera con permiso para expender alcohol– decide ignorar la medida, las consecuencias no serán menores. No se trata de una llamada de atención o una multa leve. La ley en Veracruz establece que la sanción puede ser de 2,000 a 5,000 días de salario mínimo.
¿Y eso cuánto es? El salario mínimo diario, para este año 2025, se encuentra en $278.80 pesos. Haciendo cuentas simples:
No es un error. No es exageración. Es lo que dicta la norma vigente. Incumplir esta ley podría suponerte una multa millonaria.
Durante esos días, las autoridades municipales no descansarán. Inspecciones aleatorias, recorridos de vigilancia, patrullajes coordinados entre seguridad pública y Protección Civil. No se requerirá denuncia previa. Cualquier evidencia basta. Y no sólo la venta se castiga. También el consumo dentro del establecimiento.
Parece obvio, pero no lo es. Muchos comercios confían en el bajo perfil o en que "nadie se va a dar cuenta". Otros abren discretamente. Algunos dejan que los clientes consuman lo que ya tenían. Todo eso, en caso de revisión, puede ser interpretado como violación a la ley seca.
La recomendación más sencilla: cerrar la venta, tapar los refrigeradores, retirar las botellas del área visible y avisar a los clientes. Es sólo un fin de semana. Las consecuencias, en cambio, podrían extenderse por meses.
El mensaje del gobierno estatal ha sido claro: esta elección es una oportunidad de participación democrática. Y, aunque para muchos la ley seca puede parecer una medida estricta, se ha convertido en una herramienta de prevención. Es temporal. Y su aplicación busca proteger el entorno antes, durante y después de la jornada electoral.
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