El otrora desarrollo económico que uno podía palpar en administraciones pasadas en los municipios de Veracruz y Boca del Río, en dónde la obra pública, los servicios y el progreso estaban a la vista del ciudadano, es cosa del pasado.
Hoy los baches, la falta de alumbrado público (incluso en zonas turísticas como el boulevard), es ya inocultable, el abandono de las colonias populares en dónde el drenaje, la falta de pavimentación y el descuido municipal se hacen más patente, la ruptura de la armonía social, pues no hay un solo habitante que no añore tiempo mejores.
Hoy ese Veracruz - Boca del Río añejo, solo vive en la propaganda auspiciada a costa del erario público municipal, que paga y paga bien porque se hablé de "un mundo maravilloso" y un nuevo "Miami", cuando en muchos lugares de este antiguo hermoso lugar, más bien parecemos una "La Habana", ciudad destruida por el bloqueo inhumano norteamericano en su contra.
"No hay mal que dure 100 años, ni tonto que lo aguante, reza el refrán", la transformación toca a la puerta del ciudadano en la elección en próximos meses y la decisión de mejorar las cosas o seguir igual será del pueblo.
Mientras esto sucede es triste, testimoniar, la falta de semáforos, la total apatía por resolver los problemas más elementales, muchos de ellos que se avecinan con crudeza como es la temporada de estiaje y que presagia la falta de agua en los hogares de este lugar y muchos más, las excusas pueriles que se dan y las fantasías que se pregonan y aplauden por incondicionales y rentados.
Es cuanto queridas amigas y amigos.
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