En las pasadas elecciones celebradas en seis estados del país los diputados locales morenistas justificaron sus inasistencias con su presencia en dichas entidades a donde fueron hacer campaña por los candidatos a gobernador de su partido.
Un caso especial fue Tamaulipas donde vimos fotografías de legisladores como Eusebia Cortes Pérez de Coatzacoalcos, Rosalinda Galindo Silva de Xalapa, el diputade Gonzalo Duran Chincoya, Luis Arturo Santiago Martínez, quien por cierto es el presidente de la comisión de Vigilancia y hasta de la Síndica de Córdoba, Vania López González.
Se preguntaría uno si los alcances de la edil cordobesa, por ejemplo, le da para estar en una campaña a gobernador de otra entidad.
Pero la respuesta puede estar en que obviamente todos fueron acompañados por el coordinador parlamentario Juan Javier Gómez Cazarín, quien ni tardo ni perezoso, se “colgó” el triunfo de Morena en Tamaulipas.
Pero la gran sorpresa fue que, de acuerdo con el Programa de Resultados Preliminares, las demarcaciones de Ciudad Madero, Tampico I y Tampico II fueron ganadas por el abanderado de la alianza PRI-PAN-PRD, César Augusto Verástegui Ostos, quien en uno de esos casos sacó hasta 10 mil sufragios de diferencia.
Los números no mienten y dicen que los distritos colindantes con Veracruz y que son parte del Sur de Tamaulipas aportaron poco al hoy gobernador electo Américo Villareal Anaya, quien fue candidato de Morena, PT y PVEM.
Incluso en la campaña el también coordinador de la Jucopo en el Congreso de Veracruz llevó a Tamaulipas la música de veracruzanos como Nelson Kanzela y Junior Klan (de Piedras Negras, Veracruz), exponentes de la cumbia mexicana, que tanto conecta con los sectores populares de esas entidades vecinas. Pero que en este caso no tuvo alguna aportación relevante para el mencionado político tamaulipeco que a tuvo bien monitoreado quién le aportó realmente.
La gran duda es que si no ganaron, pues entonces pareciera que los diputados locales fueron de vacaciones, por lo que debería ser tarea de la “famélica” oposición en el poder legislativo investigar al respecto.
Y es que sería bueno saber si desde el erario se pagaron los viáticos de un grupo de veracruzanos para participar en una campaña que no es de su estado. Esto sin duda se podrá conocer a través de la plataforma de transparencia.
Específicamente en el IVAI tendrían mucho trabajo si se conoce a fondo el hecho de los gastos de los ediles y legisladores y su presencia en aquellas tierras.
MUY EN CORTO
MARLON. SU DESENCANTO Y TRAICIÓN A LOS YUNES. El líder del PRI estatal, Marlon Ramírez, sufrió dos desdichas que le orillaron, como las o los amantes despechados, a irse a refugiar a otros brazos; unos brazos morenos.
Primero, fue relegado o mal visto y seguramente no obtuvo lo que pidió, por parte del clan Yunes a quienes se les tendió en el piso como tapete, con lo poco que le quedaba de su desquebrajado PRI, en Veracruz y Boca del Río.
Incluso, se ha ufanado que en buena medida le deben el triunfo a los casi desaparecidos priistas que él representa. Particularmente en Veracruz puerto durante la pasada elección donde Patricia Lobeira de Yunes ganó la alcaldía con la alianza de PAN, PRI y PRD.
Una vez que fue desechado como pañuelito inservible por los Yunes, y con quien solo pudo negociar entre otras cositas, que le mantuvieran su sueldazo de 100 mil pesos mensuales en el Ayuntamiento, mejor decidió replegarse al ver que ya no les iba a sacar algo más.
El otro descalabro es que su líder nacional, Alejandro Moreno, nunca lo vio con buenos ojos, y lo tachó de traidor y de mediocre al frente del PRI en el estado con el tercer padrón electoral más grande del país, por ende, de suma importancia para el tricolor pero en manos de un oportunista.
En medio de esos desencantos, surgieron varias voces al interior del CDE del PRI, como la del diputado federal, José Francisco Yunes Zorrilla que pidieron su salida ya que lo único que ha hecho, según estas opiniones, ha sido vender al mejor postor la causa del priismo.
Y por si fuera poco para rematar con broche de oro, apareció hace unos días, en una “coincidencia afortunada” en un café con el secretario de Gobierno, de la 4T, Eric Cisneros Burgos.
Lo menos que le han dicho a Marlon Ramírez es traidor, un mote que tiene mucho se le ha adjudicado.
Pero lo que no saben es que se va al lado de Morena, a vender los devaluados casi inexistentes activos del PRI, no dolido por la acción de los Yunes, sino por el contrario, pues no hay alianza alguna como pareciera, sino porque ya no tiene nada que hacer con el partido que dirige, porque sabe que no iría a ningún lado con una dirigencia en picada, con un barco casi hundido, y del que hay que huir a toda costa. Lo mejor es, pues, entregarse al régimen que gobierno a sacar de nuevo, lo que se pueda para beneficio propio.
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