Si no hay cambio de última hora, la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV) emitirá este miércoles la convocatoria para el proceso de designación de la persona que ha de ocupar la Rectoría para el periodo que iniciará el 1 de septiembre próximo y concluirá el 31 de agosto de 2025.
En los círculos académicos, administrativos y sindicales de la UV se escuchan voces de desencanto ante los personajes que hasta el momento han levantado la mano para suceder en la Rectoría a la doctora Sara Ladrón de Guevara, algunos de los cuales andan autopromoviéndose ante los medios de comunicación como si se tratara de un concurso de simpatía o de una contienda electoral, cuando la decisión recaerá sólo en los 9 miembros de la Junta de Gobierno, quienes dentro de 45 días, aproximadamente, darán a conocer el nombre del nuevo rector o rectora después de que entrevisten a cada uno de los aspirantes, conozcan sus diagnósticos y proyectos para esta casa de estudios, revisen sus trayectorias académicas y ausculten a la comunidad universitaria acerca de sus méritos profesionales, reputación y honorabilidad.
A diferencia de los procesos anteriores, desde que en 1997 entró en vigor la autonomía universitaria y los rectores dejaron de ser designados directamente por el gobernador en turno, hasta el momento no se observan aspirantes de gran peso político o académico y, sobre todo, de incuestionable solvencia moral. Lo más absurdo es el caso de un funcionario de un órgano autónomo nacional que más se promueve mediáticamente, no obstante su desarraigo de la UV y a que hace seis años fue denunciado penalmente de acoso sexual y laboral ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas de la entonces Procuraduría General de la República y ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, según la averiguación previa número AP/PGR/FEVIMTRA326/2015 y la queja AEUL1507300007, respectivamente, lo que, por supuesto, él ha intentado negarlo.
Habrá que ver, ahora que la Junta de Gobierno emita la convocatoria, qué otros interesados sacan la cabeza. Y es que ha trascendido que de último momento podría sorprender un exrector que estaría esperando conocer los requisitos para decidir si solicita su registro. Sobre todo el referente a la edad, pues de acuerdo a lo dispuesto por el Artículo 37 de la Ley Orgánica de la UV, se establece que el candidato debe ser mayor de 30 y menor de 65 años al momento de la designación, lo que estatutariamente lo inhabilitaría, por lo que sus asesores jurídicos se han dado a la tarea desde hace un par de semanas de preparar el hipotético alegato con fundamento en las garantías constitucionales y de derechos humanos para combatir dicho candado legal.
En cuanto al tema de la reelección seguramente no debe preocuparle, pues ya existe el antecedente de la sucesión de 2013, cuando después de dos periodos (1997-2001 y 2001-2004) el exrector Víctor Arredondo Álvarez buscó nuevamente la Rectoría.
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