¿Quién será más impresentable como embajador, un exgobernador priista que fue omiso ante el descarado operativo que sicarios de un cártel de la delincuencia organizada ejecutaron la noche anterior a las elecciones de junio pasado para asegurar el triunfo del candidato postulado por Morena, o un académico señalado de acosar sexualmente a sus alumnas y correligionarias de partido?
Ayer, el presidente López Obrador dio a conocer que por el linchamiento mediático que sus adversarios políticos promovieron en contra de Pedro Salmerón, el gobierno de Panamá había rechazado la designación del historiador como representante diplomático de México en ese país centroamericano.
En cambio, tras más de cuatro meses de espera –un inédito lapso que desconcertó a diplomáticos de carrera, los cuales dudaban que España le fuera a otorgar su beneplácito al exgobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel–, finalmente el exmandatario priista fue aceptado como representante del gobierno mexicano.
Y es que el 17 de agosto de 2021, el columnista Héctor De Mauleón publicó en el diario El Universal un texto titulado “El día que el Cártel de Sinaloa se robó la elección”, en el que con testimonios de primera mano describió cómo la organización criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, actualmente preso en Estados Unidos, operó la noche anterior a los comicios para neutralizar a los operadores electorales del PRI, el partido del flamante embajador.
De acuerdo con esta versión periodística, el sábado 5 de junio, un día antes de las votaciones para diputados, gobernador y ayuntamientos, sicarios del cártel ahora encabezado por los hijos de “El Chapo” –entre ellos Ovidio Guzmán, quien había sido detenido en Culiacán por el Ejército en octubre de 2019 y tuvo que ser liberado por orden directa del presidente López Obrador ante la amenaza de atentar contra la población civil– “levantaron” a candidatos y alrededor de 20 operadores políticos del PRI para que no organizaran ni movilizaran a sus bases para sufragar.
Ninguno de los “levantados” quiso denunciar. Tampoco hubo un solo abogado dispuesto a llevar los hechos ante el tribunal competente. La dirigencia local priista decidió que lo mejor, “por seguridad”, era darle vuelta a la página. Se pidió, a los involucrados, callar. Algunos de ellos creen, sin embargo, que el sol no se podía tapar con un dedo. Y que lo ocurrido esa noche tendría consecuencias futuras en Sinaloa.
Rubén Rocha Moya, de Morena, ganó la gubernatura con 56. 60 por ciento de los votos, mientras que Jesús Estrada Ferreiro, postulado a la alcaldía de Culiacán por ese mismo partido, triunfó con 10 mil 300 sufragios de ventaja.
El senador Mario Zamora, postulado a la gubernatura por la alianza Va por Sinaloa (PRI-PAN-PRD), confirmó que previo a los comicios del 6 de junio se registraron levantones de candidatos por parte de grupos delictivos, pero dijo que por temor a las represalias nadie había querido presentar las denuncias pertinentes.
Ahora, una vez concedido el beneplácito de España, Quirino Ordaz necesitará del voto de Zamora Gastélum para que el Senado apruebe su designación como embajador.
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