Meta mediática: el control de conciencias

Yanis Varoufakis, economista griego, autor del libro Tecno Feudalismo nos comenta: "hay que entender que el verdadero plan de Trump es el dólar ya que la moneda americana parecía debilitarse, ahora el dólar es la herramienta para reducir la inflación, reducir el movimiento sobre el déficit comercial y la deuda de EE. UU.  Trump ha entendido que un fenómeno clave en este contexto es el incremento en la compra de oro por parte de bancos centrales, lo que se ha elevado a los 3.000 dólares por onza, por eso hará, junto a Elon Musk, una supervisión en Fort Knox, para comprobar la real existencia del oro en sus arcas. Mientras la atención global es utilizada como distractor, centrándose en la guerra en Ucrania y los aranceles al resto del mundo. Trump ha estado maniobrando para implementar su visión económica a través del control de medios convencionales y redes sociales". 

Su primera acción fue la desaparición de la agencia USAID, destinada a financiar programas de desarrollo en países abiertamente contrarios al capitalismo imperial. México, curiosamente en 1968 y 2018. La USAID además de apoyar organismos no gubernamentales, como el de Claudio equis, apoyó con nominas abultadas a muchos a medios convencionales y periodistas mexicanos. Lista en poder de Alfredo Jaliffe que muy pronto anunciará, filtrándose a Raymundo Riva Palacio, Pablo Hiriart, Carlos Loret de Mola, Ricardo Alemán, Pedro Ferriz de Con, Jorge Ramos, Salvador García Soto, entre muchos más, así como los intelectuales orgánicos: Enrique Krause, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín.

El impacto inmediato de la orden ejecutiva de Trump/Musk fue la suspensión de programas de la USAID que  estaban destinados como herramientas de la CIA y la guerra encubierta que ayudó a capacitar a fuerzas contrarrevolucionarias en Laos, Corea, con  técnicas de tortura para la represión policiaca en Vietnam, Irak y hoy Gaza, y en Uruguay, Colombia, Perú, Chile, Venezuela y México, en el que se destinaron de cientos de miles de dólares  en programas represivos, la mayoría basados en acuerdos negociados con los  gobiernos  neoliberales, que hoy han sido congelados.

Fernando Buen Abad, columnista de la Jornada, expone: "Sabemos muy bien que, en materia de medios, estos son herederos de una lógica mercantil que lo hace particularmente susceptible a la influencia de intereses económicos poderosos. Sabemos que hemos dejado en manos de mercachifles la producción, los medios y las relaciones de producción de sentido. Sabemos que nuestro entorno mediático está cada vez más gobernado por los mercados que por la justicia para la expresión social humanista. Los medios de comunicación mercantiles se han convertido en la estructura de poder decisiva contra los intereses profundos de la sociedad restringiendo la realización plena de la justicia comunicacional para todos. Hoy la comunicación es el territorio natural de la revolución de las conciencias".

Ante este panorama, se determinan los intrincados intereses de Trump junto a los grandes magnates mediáticos no son solo en dinero, sino que prevalece el interés supremo de movilizar mediáticamente las conciencias de nuestra sociedad desinformada/sobreinformada. Los casos recientes de los grandes capitales, incrustados en el gobierno de Estados Unidos, cuyos dueños fortalecen al neogobierno MAGA, destacan las empresas del control de redes, cerebro y espacio: Elon Musk, con X, SapceX, ABC, Open AI.  Mark Zuckerberg, Meta (Facebook), Instagram, WhatsApp. Jeff Bezos dueño del New York Time y de Amazon.  Larry Page de Google y YouTube, ByteDance dueña de TikTok, empresa en pláticas de venta para Elon Musk y también para adquirir CNN, a la par Trump integró a su gobierno a funcionarios y analistas de Fox News, para el control de masas con el internet satelital Starlink y la inteligencia artificial con ChatGPT, Grok 3 de xAI y Nova. Lo que cierra el círculo: Política, dinero y tecnologías de la información.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, ha lanzado una declaración muy provocadora: "Elon Musk y Mark Zuckerberg no solo carecen de valores morales, sino que disponen de herramientas de la propaganda más poderosa, que las utilizadas por los nazis. Vivimos en un mundo donde las grandes tecnológicas deciden prácticamente lo que vemos y hacemos...capaz de influir en elecciones, manipular debates públicos e incluso polarizar sociedades enteras, donde la combinación de algoritmos y el control de datos personales otorgan a líderes como Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y Elon Musk un poder sin precedentes para moldear la opinión pública".

Noam Chomsky siempre lo vaticinó: "El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviarla atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. Mantener la atención del público distraído, lejos de los verdaderos problemas sociales. Mantener al público ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar".

Si nos reeducan en consonancia al enorme poder tecnológico alcanzado, se llegará a un punto en el que no controlaremos a los gobiernos, sino que serán ellos los que nos controlen. Personas tan alejadas de la ciencia como Trump o Musk dirijan una superpotencia mundial con lo último en tecnología, hace pensar que ya hemos llegado a ese futuro distópico. Gran poder otorgado a la ultraderecha que la utiliza sin piedad. El verdadero propósito de Trump es ese, mientras nos seducen con el caso Ucrania, nos distraen con aranceles, expulsión masiva de los inmigrantes y declaración a cárteles como terroristas. La esencia del proyecto de Trump se centra del binomio dólar/Petróleo para la conformación del nuevo orden tripolar mediatizando a la conciencia social. Todo lo demás es show, alaracas discursivas, propaganda adormecedora. El uso de las nuevas tecnologías de la información, esencia del cambio, para lograr que Estados Unidos frene su estrepitosa caída en el concierto mundial.