Imagen de Veracruz 
FacebookTwitterYoutube
TIEMPO EN LA REGIÓN
31 de marzo del 2025
Diario del Istmo
Suscribete a nuestros boletines
Por Fernando Vázquez Rigada
Columna:

Fernando Vázquez Rigada

El gran reto de Morena

2025-03-31 | 07:21 a.m.
El gran reto de Morena
Imagen de VeracruzImagen de Veracruz

El gran reto de Morena, como organización partidaria, será mantener su unidad.

Lo que comenzó siendo un movimiento social gigantesco se ha convertido en un partido burocrático, abusivo y gelatinoso.

O, para recordar la máxima del general revolucionario y decirlo en sus palabras, "esta revolución ya degeneró en gobierno".

Las diversas facciones amagan, del más humilde municipio a la máxima cúspide del poder, con enfrentarse en una cruenta guerra civil.

Ante la ausencia de una oposición partidista organizada, el reto de Morena es sobrevivir a su poder.

Su arrollador triunfo el año pasado ha llevado a pensar en sus militantes en dos mitos: que son invencibles y que son eternos.

Nada como la frase de Adán Augusto López, sumo sacerdote pese a haber ocupado el bochornoso último lugar en la guerrilla de corcholatas: Morena gobernará 50 años. Medio siglo, faltaba más.

Pero esas (falsas) certezas los han llevado al pecado político mortal de la soberbia. El abuso de poder es cada vez más patente. También, la corrupción grosera, burda y hasta gandalla.

Basten dos botones grotescos, que se suman a las miles de chaquiras cotidianas y nacionales: casi 15 mil millones de pesos de desvíos en Segalmex y otros 13 mil en Birmex. 28 mil millones para dos fraudes, es, simplemente, mucho dinero. Pero, peor es de dónde se desviaron: alimentos y medicinas, en un país repleto de hambrientos y enfermos. Así el nivel moral de los involucrados y de sus protectores.

En la borrachera de poder que viven, y ante la certeza de que su poder ya no tiene límites de ningún tipo, la confusión entre lo legal y lo ilegal los consume. Todo se vale: mentir, robar, matar, traicionar.

Morena ha olvidado que, en política, se barre para adentro. Los escándalos que los rodean son cada vez mayores, cotidianos, provocados por las denuncias de sus propios correligionarios.

En ese mareo no se respetan investiduras ni rangos. No se reconoce a un árbitro y menos a un líder activo. Lo más que compra el escándalo es la impunidad, como se ha visto con los casos lamentables del exgobernador de Morelos y el senador Salgado Macedonio, acusados de violación, en un país cuyas mujeres son víctimas, todos días, a toda hora. La absolución de Cuauhtémoc Blanco es nauseabunda y muestra el grado de impunidad que existe.

El líder del Senado acusa de corrupción al de los diputados. Los gobernadores en funciones acusan a sus antecesores de ser cabezas del narco. El Presidente de los senadores saluda pomposo a su camarada el ¿gobernador? De Sinaloa: Rubén Rocha Moya. Poco después, se va en Business Class a Europa, porque no se trata de maltratarse: para eso hizo justicia la revolución.

Otros, reparten carpetas de investigación contra quienes les antecedieron, liberando la peste insoportable de la corrupción. Unos a otros filtran fotos con criminales: en desayunos, convivios o fiestas de reyes magos. La alcaldesa de Chilpancingo es exhibida en desayuno con un capo, la expulsan del partido y esta semana la reintegran. Todo el morenismo le da bienvenida con alfombra roja, heraldos y bufones a los Yunes: lo peor de la política nacional.

La arrogancia llega al grado de que se comete la falta de respeto de ignorar a la Jefa del Estado mexicano. "Fue por la emoción de estar en el corazón de la patria" dice, zalamero, el jefe de dinastía que quiere hacer de Zacatecas una nueva hacienda porfirista.

No lo aceptarán, pero en esas estampas se inocula el virus de su destrucción.

No lo aceptarán, pero es posible que muchos de estos conflictos sean inducidos por el líder que, agazapado, olfatea, presiente, que algo superior a él está moviendo el subsuelo político de la República.

No lo aceptarán, pero sus excesos están conduciendo al partido a su fractura.

La presidenta necesita un Reyes Heroles: un político que conozca los resortes de poder para reconducir la gobernación.

Requiere retomar el control del partido y, con ambas pinzas, comenzar a desmontar la telaraña de intereses que le dejaron. Hay que controlar la maquinaria del Congreso y bloques de gobernadores y alcaldes.

El peso de su operador en el área de Seguridad es importantísimo, pero insuficiente.

La descomposición interna de los grupos, mientras tanto, continúa. No pasará inadvertida. No lo hará porque, cuando la veleidosa fortuna —alertaba Maquiavelo— reúna a las corrientes que se confrontan por todas partes, todo se vendrá abajo.

La fortuna: la indomable reina de la política.

@fvazquezrig

Más columnas

Magda Zayas
José Luis Enríquez Ambell
Juan de Dios Sánchez Abreu
Luis Alberto Romero
  • Lo último
  • Lo más leído
Diario del Istmo
Diario del Istmo

SÍGUENOS EN REDES

 

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad

 

 

Reservados todos los derechos 2025