Escuchar a los periodistas “de a pie” como orgullosamente se autollaman y a lo que se le da más valor que cualquier otro reconocimiento o premio por más que pudiera enaltecer la labor de un comunicador, es lo más enriquecedor para no desvincularse de la cruda realidad y las circunstancias por la que atraviesa el ejercicio de la libertad de expresión.
En una reunión con los compañeros del sur de Veracruz, la radiografía vertida sobre la situación que se vive entre los reporteros y en general quienes hacen periodismo, no es ajena a lo que transita el periodismo desde hace muchos años. Y lo más lamentable que tocó a Veracruz ser el parte aguas de las agresiones y violento trato con resultados trágicos.
En ese tenor, amenazas, agresiones, falta de oportunidades laborales, cierre de medios de comunicación y lo más grave, una mayoría sin seguridad social por ser independientes o porque en las empresas no tienen prestaciones, es lo que acompaña el trabajo diario de los profesionales de la información.
En el diálogo que se entabló entre la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas, CEAPP creada a raíz de los golpes recibidos hacia este sector, se establecieron algunas conclusiones que enriquecen para buscar un giro real en el trabajo en pro de los comunicadores pero sobre todo, conocer la realidad inocultable que vive el medio.
Críticas y sugerencias para la Ceapp fueron bienvenidas con los integrantes de varias organizaciones en las que se aglutinan en el sur de Veracruz y que muchas veces es el mayor daño que lleva al gremio a una división y una confrontación; sin embargo, que se unen por una sola causa como la del reciente caso del periodista del corporativo Imagen del Golfo, Santos López Celdo, sobre quien se volcaron con una solidaridad a prueba de fuego.
Más de cien comunicadores firmaron una carta dirigida al Presidente de la República, al Gobernador y demás organismos para pedir seguridad y justicia en apoyo para el compañero, al ser incriminado por la alcaldesa de Sayula, Lorena Sánchez Vargas.
Al margen, los reporteros cuestionaron las funciones de dicha comisión y exigieron: “Hacer una comisión más eficiente, que nació como un acto de buena fé, pero que a lo largo del tiempo le ha faltado credibilidad”.
Y el reclamo justo y directo: “Que hasta el último centavo de su bajo presupuesto se gaste en la gente de a pie”.
Diana Vasconcelos de Jáltipan, Fátima Franco de Acayucan; Demetrio Andrade y Javier Zubarán de Sayula, entre otros muchos comunicadores, hicieron justos reclamos y propuestas.
“Es necesario que haya una labor más preventiva, que haya respeto y concientización sobre lo que hacemos los periodistas”, dice José Luis Ortega, de Palabra de Veracruzano, con una amplia trayectoria, y asentado en Acayucan.
--Como dice César (González, de un medio independiente) después de la muerte, que sigue. Conmigo ahórrense las esquelas, los manifiestos, las flores. Hay que actuar antes. Eso es lo que necesitamos”, secunda José Luis.
Un dato que retumbó durante la participación de los comunicadores es que a pesar de la desbordada violencia que vive el gremio, hay más muertes por enfermedad que por asesinatos, debido a que muchos de los profesionales de la información no tienen acceso a la seguridad social.
Hay quienes enferman de gravedad y en sus medios no cuentan con la prestación de servicios médicos, o simplemente son independientes que “van al día y no tiene para atención especializada” eso provoca que pronto decaigan y fallezcan, señalaron.
Por último, dentro de la difícil situación que se atraviesa entre los comunicadores no dejaron de resaltar que cada vez es más común que cualquier ciudadano incluso, no solo autoridades o cuerpos policiacos durante una cobertura, agredan a los reporteros mientras realizan su trabajo. Es cada vez más cotidiano, pasa constantemente que se van a la agresión de inmediato, sin importar que el periodista solo transmiten los hechos.
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