Carlota y Ley del Talión

Hablemos de Carlota, la "abuelita"  que hizo justicia por su propia mano en Chalco, Estado de México y que para variar, alborotó las redes sociales.

Carlota asesinó a dos hombres, padre e hijo. Acabó con su vida porque presuntamente se habían apoderado a la mala de un inmueble que le pertenecía y que como las autoridades no le hicieron caso, fue a buscarlos y le disparó.

Todo quedó grabado en un video que se viralizó.

Carlota en ningún momento mostró arrepentimiento o dolor al ver los cadáveres en el piso. ¿Habría matado con anterioridad a alguien? Al parecer  no. Al menos no se tiene registro de eso.

No sabemos qué pasaría por la mente de la anciana de 74 años que la llevó a cometer el doble o homicidio, pero sí sabemos que la justicia en México es lenta y un juicio de desalojo puede tardar años.

Quizá Carlota está enferma, quizá esa propiedad representaba mucho para ella en términos económicos, quizá pensó que la vida se le acabaría en un juicio de desalojo, o quizá simplemente se hartó.

Como ella cualquiera de nosotros hemos estado hartos de saber que nos tendrán sentados en un rincón esperando turno para hacernos justicia.

No podemos justificar de ningún modo que se aplique la Ley del Talión porque en teoría hay un marco jurídico que se debe respetar. El problema es que pocas veces ocurre.

Un hecho que pudo arreglarse de existir prontitud en la aplicación de la justicia terminó en tragedia, con dos muertos,  dos familias destruidas y una anciana que apretó el gatillo sin reparar en las consecuencias.

¿Servirá de escarmiento para los cientos, o quizá miles o quizá millones de invasores de predios o inmuebles que les importa un cacahuate vivir sin pagar nada y apropiarse de algo que no es suyo? ¿El terrible episodio ayudará a que ministerios públicos o jueces hagan su trabajo bien, con rapidez y sin corrupción? No lo creo, pero es lo deseable.

No queremos ni Carlotas asesinas, ni invasores, ni delincuentes, ni ratas de dos patas que piensen que en México las leyes se hicieron para no cumplirlas o para cumplirlas a modo.

Ya estuvo bueno.