Vecinos de Medellín de Bravo piden limpieza en camino al Panteón José Mirón y Mosqueira

Camino al panteón en Medellín está intransitable por monte y basura, denuncian vecinos

Veracruz | 2025-05-17

¡Nombre, no manchen! Ya estuvo bueno con esto de Medellín de Bravo, ¿qué onda con las autoridades o qué? Neta que da un chorro de coraje caminar por las calles, sobre todo por el camino José Mirón y Mosqueira, que va al Panteón, porque parece que vas metido en la jungla o en un basurero, ¡o en las dos cosas juntas!

Toda la bandita que vive por allá ya está bien hasta el gorro de tanto cochinero. Las banquetas están llenas de maleza, unas hierbas bien altas que hasta parece que se van a comer a la gente, neta. Ya ni los perros quieren pasar por ahí porque se pierden entre el monte. Y no es exageración, eh, uno va caminando y tiene que bajarse al pavimento porque la banqueta está intransitable, y luego pasan los carros hechos la mocha y pos uno se anda jugando la vida ¡Qué poca!

Y si fuera sólo el monte, pos va, uno se aguanta, pero también hay un buen de basura. Bolsas tiradas, botellas, pañales, ramas secas, escombros, hasta colchones aventados ahí como si fuera tiradero. Huele bien gacho y ni se diga cuando llueve, porque el agua estancada se mezcla con la mugre y se vuelve un caldo de cultivo pa´ los zancudos, cucarachas y hasta ratas del tamaño de gatos, no es broma.

La banqueta sobre José Mirón y Mosqueira luce intransitable.

Los vecinos ya han dicho mil veces que se necesita que alguien se ponga las pilas, que el municipio mande a limpiar, a desmalezar, a barrer, a hacer lo que les toca, pues. Pero parece que a nadie le importa.

La neta, da pena ajena que un lugar donde la gente va a visitar a sus muertitos esté así todo olvidado, todo sucio, todo lleno de monte como si no viviera nadie ahí. Y sí vive un montón de raza, pura gente chambeadora que se parte el lomo todos los días y que lo menos que merece es tener un camino decente pa´ transitar. ¡Qué tristeza!

Así que a ver si alguien se pone a hacer algo, porque esto ya parece cuento de nunca acabar. Medellín de Bravo merece calles limpias, banquetas libres de maleza, y sobre todo respeto para su gente. ¡Ya pónganse las pilas, carajo!

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