Veracruz | 2024-09-14
Mira, la neta, si no has pasado por la calle Urbina, déjame decirte que no te pierdes de nada, pero nada bueno, o sea, neta parece que la calle ya no existe, literal es como si anduvieras por una terracería en pleno rancho, pero lo peor es que no es un rancho, es la colonia Hidalgo. Desde la avenida Miguel Ángel de Quevedo hasta más allá de Moralidad, esa cosa está destrozada. Ya no son baches, son cráteres. Hasta parece que pasó un meteorito o hicieron explotar dinamita.
Vas manejando y, ¡pum!, ahí vas brincando, parece que traes una de esas lanchas de las trajineras. No hay forma de esquivar los baches, o sea, son tantos que literal te sientes como en un videojuego de carreras donde esquivas obstáculos, pero aquí no ganas puntos, aquí pierdes los amortiguadores. La suspensión del coche llora cada vez que pasas por ahí, y si andas en moto o bici, mejor ni lo intentes, porque sales volando.
Ya estamos viendo a quién se le ocurre plantar maíz en esos cráteres porque de aquí a que lo arreglen, nos sale mejor cosechar.
En serio, está de risa loca, pero también da coraje. No es posible que en plena ciudad tengamos que andar como si estuviéramos en pleno monte. Ya se siente como una aventura extrema, como si fueras a explorar un nuevo planeta, solo que en este planeta todo está lleno de hoyos.
Y bueno, a ver cuándo se dignan a arreglar esa calle, porque si no, nos va a tocar seguir volando por los baches un buen rato más.