Veracruz | 2022-01-23 | Heladio Castro
Con la relativa mejoría en las condiciones climatológicas en el Golfo de México, desde temprano inició la actividad turística dominical en las inmediaciones del Malecón de Veracruz, con la presencia de algunos paseantes.
Aunque muy temprano aún se sentía un viento que golpeaba la piel y una ligera brisa causada por el golpeteo del mar contra el muro, también se hicieron presentes algunos caminantes que tomaban fotografías con sus teléfonos móviles, y también los primeros vendedores de artesanías esperanzados en lograr algunas ventas.
Eran pocos y paulatinamente aparecieron más, confiados quizás en que lograrían ver un sol plomizo al paso de las horas.
A lo lejos deambulaban los fotógrafos libres y los vendedores de camisas y blusas folclóricas, extendiendo las prendas ante la vista de los fuereños.
LOS RECUERDOS
De cara a los enormes buques mercantes se colocaron los comerciantes de productos tradicionales elaborados en forma artesanal, quienes se persignaban discretamente, con la esperanza de tener éxito.
Imágenes religiosas, barquitos, jarochas, tazas con frases grabadas, veleros, barcos dentro de una botella de cristal, destapadores, abanicos y otros productos permanecían en espera de clientes.
Y de hecho, desde temprano se acercaron los primeros visitantes curiosos a preguntar por las artesanías. Cuántos compraron algún recuerdo? No se sabe.
Y aunque los cafés de la zona no estaban a reventar, sí tuvieron clientela, incluso algunos turistas.
Para el mediodía ya el sol era más fuerte y acrecentó la expectativa de los comerciantes del rubro turístico de reponerse tras el frente frío, que redujo la actividad.