Veracruz | 2024-06-19
La tormenta tropical Alberto no representa un peligro para los municipios conurbados de Veracruz y Boca del Río, pero en días posteriores sí podría cambiar la situación, informó Federico Acevedo Rosas, jefe del Departamento de Pronóstico Meteorológico y Estacional, de Protección Civil Estatal.
Descartó que este jueves y viernes haya problemas en estos dos municipios a causa de las lluvias, pero la situación cambiaría en días siguientes.
"En la conurbación Veracruz-Boca del Río el riesgo directo por la tormenta tropical Alberto no existe. Es cierto que se esperan lluvias en la mayor parte del estado de Veracruz, con los máximos acumulados en cuencas del norte del estado.
"Sin embargo no descartamos que en el transcurso de estos días, en los siguientes 3-4 días pueda llover de forma eventual en la conurbación e incluso también con tormentas eléctricas y esto en algunos casos bien podrían ser lluvias intensas que se han presentado en otras ocasiones y que podría generar algunos problemas con respecto a la vialidad, encharcamientos, etcétera", explicó Acevedo Rosas.
El meteorólogo veracruzano resaltó que la tormenta Alberto pasará rápido y se debilitaría durante su recorrido en el interior del país, después de haber cruzado su centro, en el extremo sur de Tamaulipas o el norte de Veracruz.
Para la tarde ya se habría debilitado.
El meteorólogo de Protección Civil Estatal dejó en claro que eso no significa que después de Alberto ya no volverá a llover, porque no está cercano el fin de la temporada.
"Después de esto las lluvias van a continuar porque existe la posibilidad de que haya otro disturbio hacia el fin de semana; entonces esto posiblemente se puede extender hasta el fin de semana", previó Acevedo Rosas.
Cabe señalar que la ciudad de Veracruz tiene muchas colonias establecidas en zonas bajas y susceptibles de sufrir inundaciones, varias de ellas sin drenaje pluvial.
Además es común ver basura acumulada en las esquinas de colonias periféricas, que puede tapar las alcantarillas y obstruir el desalojo del agua pluvial, lo que contribuye a generar encharcamientos que convierten en ríos a las calles mientras llueve y causa inundaciones dentro de las viviendas ubicadas en zonas bajas y sin servicio de drenaje y alcantarillado.