Reapertura no ha favorecido a tianguis Lavaderos

Veracruz | 2020-11-30 | Cristian Pulido

La avenida Veracruz es una de las principales arterias del puerto jarocho con una apabullante actividad comercial en casi toda su longitud, pero es en un tramo compuesto por 12 esquinas donde se conglomera la mayor cantidad de comercios establecidos como de vendedores ambulantes u ocasionales.   

De Régulo Madrid hasta Playa Casitas se calcula que hay más de 120 comercios establecidos y más de 150 comerciantes ocasionales que acuden los fines de semana para vender sus productos o servicios en lo que hoy es conocido como el Tianguis de los Lavaderos.

Ahí, el transitar de los autos es con mucho cuidado desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde debido a que en banqueta y debajo de ella muchos son los vendedores que ofertan objetos usados como ropa, juguetes, zapatos, herramientas, partes de aparatos de línea blanca, partes de fontanería como llaves, lavabos, flotadores, rotoplas, tapas, cadenas, candados y demás.

Igual llegan al lugar gente a pie de escasos recursos, como ciudadanos en autos a adquirir algo que necesiten o les guste. Autos de cierto lujo y hasta camionetas llegan incluso a vender cosas que ya no usarán y que no están muy gastadas.

Mundo de gente

A lo largo del paseo se pueden ver refaccionarias de motos así como talleres de bicicleta, lugares donde venden autopartes o “deshuesaderos” de lavadoras, refrigeradores y demás aparatos. Hay invernaderos, oxxos, yepas, barberías, tienditas, venta de pinturas; se vende comida tanto en locales como en la vía pública: chiles rellenos, pollerías, rosticerías, verdulerías, fruterías, faros de agua, taquerías, carnitas, caña, micheladas y demás.

El transitar de la gente en las banquetas es interminable, autos estacionados en calles aledañas o temporalmente en la orilla de la banqueta son una estampa común. Lo que más abunda es la venta de ropa de paca, se calcula hay más de 50 puestos, la mayoría vende ropa usada traída de Estados Unidos, de otras partes del país o incluso de la ciudad de Veracruz, pocos son los que venden ropa nueva.

A un lado y detrás de la escuela primaria “Carlos A. Carrillo” de la colonia Playa Linda, es donde el tianguis de ropa se concentra en mayor número tanto en la calle Playa Palma Sola como en las calles Colima y Manzanillo. Ahí, grandes carpas rojas son el “techo” de decenas de mesas que contienen ropa y a donde llegan la mayoría de las mujeres a adquirir alguna prenda.

En la banqueta las gallinas y los perros caminan por doquier, uno que otro infante hijo de los comerciantes juega también en la banqueta, el 40% de la gente trae cubrebocas, pero son muy pocos los que tienen gel antibacterial en sus puestos para ofrecer al cliente.

pique 

La patrulla se ve pasar poco, los taxis es lo que más se ve transitar por ahí y los gritos de los comerciantes en sus puestos no abundan. Durante la cuarentena, la avenida nunca se vio desolada, se cree que el 80% cerraron durante aproximadamente un mes después de la orden dada por el ayuntamiento.

Ambulantes en su mayoría y algunos locales establecidos continuaron abiertos, siendo las farmacias, las fruterías y verdulerías así como negocios grandes los más beneficiados. Desde que regresaron a las calles y levantaron cortinas, las ventas se fueron a pique.

“Acá las ventas han caído se puede decir de hasta un 70%, va cayendo va para abajo, por ejemplo hoy vendí $100, la semana pasada vendí $300 y el otro día $400”. Yo en el Buen Fin ni me arrimé, del buen fin para acá esto se vino abajo esto, se cayeron las ventas feo”, dice Enrique Solano quien vende ropa y zapatos usados y quien ahora se tiene que quedar hasta las 5 de la tarde cuando antes de la pandemia se quedaba hasta las 3 y sacaba tres veces más de lo que hoy gana.

Por su parte Roberto Torres, quien tiene un taller de lavadoras, refrigeradores y ventiladores así como climas, asegura que la cuarentena lo golpeó fuerte y tuvo que recurrir a vender piezas y refacciones a domicilio, “No hay ventas y no las hubo, yo llegué a tener 6 trabajadores ahorita nada más tengo dos”.

Luz y sombra 

En el caso de los vendedores de ropa de paca, también se confinaron un mes, entre mayo y junio regresando en julio, antes, volvieron a vender pero las autoridades les pidieron retirarse, desde que volvieron, las ventas han ido a la baja en un 50%.

Según cuentan los entrevistados, las verdulerías, fruterías y farmacias fueron las únicas que pudieron vender algo durante la cuarentena y es hasta hoy, los que han mantenido sus ventas en índices aceptables.

“Gracias a que nosotros vendemos alimentos logramos sobrevivir, hoy tenemos ventas buenas porque la pandemia hizo que muchos se concientizaran a consumir frutas y verduras, por lo del virus, hasta los compañeros comerciantes nos compran más, comen más frutas y verduras hoy en día, eso es lo que hemos visto”, dice el señor Atanasio Rivera quien atiende cerca de la Laguna de Lagartos.

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