Veracruz | 2025-01-29
Por mucho que se apele a la propiedad responsable de mascotas, en diciembre y enero cientos de perros sufren por el ruido de la pirotecnia y por los frentes fríos con nortes aunque no estén en la calle sino en el patio, porque ese estruendo les daña los oídos y los asusta, lamentó Alfonso Cruz Hernández, voluntario del Albergue La Roca.
"Lo último fue el nortazo de días pasados, de la temporada, y mucho perro perdido desde la Navidad y Año Nuevo porque huían del estruendo de la pirotecnia. Seguimos en hacer conciencia entre la gente sobre la importancia de cero pirotecnia o que al menos le pongan a los perros una plaquita con los datos del domicilio y número de teléfono del propietario.
"Eso sirve para localizar al dueño pero no evita que el perro pueda ser atropellado cuando anda temeroso por no poder volver a casa de sus propietarios", puntualizó Cruz Hernández.
En otros escenarios al perro extraviado lo atacan otros o termina atropellado y a veces sobrevive lastimado, pero el peor escenario es morir en la calle.
Recalcó que una placa en el cuello es muy útil para saber el domicilio o el número telefónico del dueño.
Admitió que muchos perros no se dejan agarrar cuando van lastimados.
Por eso llamó a fortalecer la cultura de la propiedad responsable de mascotas, no dejarlas solas todo el día en un patio sin techo que no los cubre del sol y la lluvia y que los hace sentirse inseguros.
Deploró que dueños inconscientes los dejen a la intemperie, sin agua ni comida, y peor si hace frío como ahora en enero.
Vio con buenos ojos el que a nivel federal se haya aprobado la ley contra el maltrato animal pero dijo que no basta con tenerla en el papel y confió en que cuando llegue a los estados se garantizará su cumplimiento para que no sea letra muerta.
"Las leyes ya están, pero lo malo es que a veces no se aplican y son leyes muertas", subrayó el activista.
Recomendó a los vecinos que si ven que una mascota está en el patio sin comer, primero lo reporten al jefe de manzana para que trate de localizar al dueño y en un caso extremo tratar de sacarlo, en compañía y apoyo de vecinos, quienes serán testigos de la situación en la que estaba el perro.