Movilidad en el centro es la misma, a pesar de las medidas contra la tercera ola

Veracruz | 2021-08-10 | Heladio Castro

Prometía ser un día diferente en el primer cuadro de la ciudad de Veracruz, centro histórico y zona de mercados, con menos movimiento citadino por el Decreto que establece la Primera Semana de Medidas Extraordinarias Contra la Tercera Ola por Covid-19. En breve se demostró lo contrario.

LO QUE PARECÍA

Cabe recordar que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez emitió ese decreto el lunes 9 de agosto de 2021, con vigencia del martes 10 al lunes 16 de agosto, a fin de reducir la movilidad y los riesgos de contagios, que van al alza en todo el país.

En un recorrido desde las primeras horas del primer día, martes, a partir de la avenida Ignacio Allende y hacia el área de los mercados ‘Unidad Veracruzana’ y ‘Miguel Hidalgo’, todavía a las 10:00 de la mañana las calles estaban vacías de personas y de vehículos automotores.

Calles como Juan Soto, Hernán Cortés, Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Miguel Hidalgo, Francisco I. Madero, Francisco Canal y hasta Esteban Morales, se veían desoladas, aunque algunos comercios empezaban a abrir sus puertas.

POCO DURADERO

Poco antes de las 12:00, es decir casi a mediodía, el panorama era distinto y muy parecido al cotidiano, sobre todo en las inmediaciones de los mercados.

Afuera del Mercado Hidalgo, en la esquina de Hidalgo y Cortés, el tránsito vehicular era el de siempre, y lo mismo el flujo humano, desde vendedores formales e informales hasta clientes que acuden a adquirir sus alimentos y otros productos para la vida diaria.

La misma calle Cortés mostraba las aglomeraciones de siempre pues aunque su acceso por 5 de Mayo estaba obstruido por una patrulla de Tránsito, los automovilistas bajaban por Hidalgo y por Bravo.

Los peatones hacían las mismas maromas de todos los días: cruzar corriendo para ganarle al semáforo y evadir a los automovilistas.

El mismo escenario se observó en la avenida 5 de Mayo a la altura del Parque Zamora.

SUPERVIVENCIA

Comerciantes informales de frutas, verduras, ropa y todo lo imaginable, defendían su actividad con argumentos contundentes.

“Tengo que darle de comer a mis hijos”, adujo una vendedora de verduras y frutas quien sólo dijo llamarse Lupe. “¿A poco creían que no íbamos a salir a trabajar? ¿Quién nos va a mantener?”, expresó mientras llamaba a las amas de casa.

José, un vendedor de playeras, shorts y gorras, dejó en claro que no podía quedarse en casa a menos que hubiera algún apoyo de una autoridad gubernamental. “Si no salgo a vender no gano para la papa; es mentira que iba a quedarme encerrado si no hay programas para estas emergencias”, dijo.

A diferencia de otras ocasiones, el transporte público sí utilizó sus vías cotidianas de retorno a sus destinos. Por ejemplo, los que normalmente bajan por Juan Soto tenían que doblar en Allende y seguir así hasta Montesinos en vez de tomar Guerrero o salir hasta González Pagés. Pero de regreso sí bajaban por Bravo o por Hidalgo.

El hecho es que con todo y las medidas extraordinarias, en el primer cuadro de la ciudad se observó la misma movilidad humana de siempre, incluso en alrededores del Zócalo y en vialidades como Víctimas del 25 de Junio, Zaragoza, Gómez Farías, 16 de Septiembre y Xicoténcatl.

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