| 2025-04-16
Con más de quince años de trabajo comunitario, Mariano Molina se ha convertido en una de las voces más comprometidas del activismo social en Boca del Río. Lejos de buscar reflectores o beneficios políticos, ha volcado su vida a causas que van desde el apoyo a personas en situación vulnerable, hasta campañas anuales que movilizan a toda la comunidad boqueña.
"Todo el año trabajamos en temas sociales", cuenta. Uno de sus proyectos más emblemáticos es el "Pollotón", una iniciativa que cada diciembre lleva más de 300 pollos a familias de escasos recursos en vísperas de Navidad.
"Lo hacemos con el apoyo de ciudadanos, empresarios y, por supuesto, del periódico Imagen de Veracruz que siempre nos ha patrocinado. Hay familias para las que ese pollo es su cena de Nochebuena", explica.
Pero su labor no termina ahí. Mariano trabaja también con la fundación "Huellas de Esperanza y Amor", rescatando perros, gatos, incluso tlacuaches, a los que consigue hogares temporales. Con un equipo comprometido, los animales abandonados reciben refugio, atención y un nuevo comienzo.
Cada Navidad, su equipo también visita la Torre Pediátrica en Veracruz para decorar los seis pisos y entregar regalos a todos los niños internados.
"Ahí vimos una vez a un niño llamado Damián, que ya estaba en sus últimos días. Esa experiencia me cambió para siempre. No volví a entrar a esa área. Es demasiado duro", recuerda conmovido.
Otra de sus acciones más importantes ha sido llevar al cine a más de 10 mil niños de comunidades marginadas gracias al apoyo de Fundación Cinépolis. "Si sacas a un niño de su entorno y lo llevas a ver otra historia, le generas un chip distinto. Un niño que ve que hay otro mundo, otra forma de vida, va a querer superarse."
También organiza colectas para adultos mayores, compra prótesis mamarias para mujeres que han perdido un seno y apoya económicamente a niñas y niños con síndrome de Down para sus torneos.
Todo esto lo hace sin un cargo público y sin una agenda electoral inmediata. "Empecé con la intención de hacer una política diferente, más humana. Pero ahora ya ni siquiera lo veo como política, sino como una misión."
Molina considera que la falta de apoyo institucional ha dejado muchas responsabilidades en manos de las fundaciones.
"Boca del Río se sostiene gracias a ellas. No hay una partida del DIF para prótesis mamarias, ni apoyo suficiente para tratamientos oncológicos. Entonces somos los ciudadanos quienes apoyamos a otros ciudadanos."
Con una fe profunda, anécdotas entrañables y una sensibilidad social admirable, Mariano Molina ha demostrado que el activismo no necesita cargos ni presupuestos, solo voluntad, empatía y amor al prójimo.