Veracruz | 2022-11-06
Con la ilusión de tener un patrimonio, Josefina Tejeda Rosas compró un terreno en la colonia El Fénix hace 3 años, ubicada al poniente de la ciudad de Veracruz. Era el 2019 y nunca sospechó la pesadilla que se le vendría encima.
Nadie se imaginaba que al año siguiente la pandemia del Covid cambiaría drásticamente la vida de millones de personas en todo el mundo, incluyendo a México y a Veracruz.
El contacto para la compra del predio de 90 metros cuadrados fue En plena pandemia, cuando fue a pagar su impuesto predial en oficinas del ayuntamiento de Veracruz alguien le avisó que le invadieron su propiedad, pese a que la tenía cercada y que había una casita, pero no la habitaba.
Le dijeron que detrás de los invasores estaba una persona de nombre Francisco Carmona Ontiveros u Oliveros, pese a existir una escritura pública expedida por una autoridad legalmente constituida.
Allí inició una larga odisea entre viajes de Veracruz a Xalapa y peregrinar de una dependencia a otra.
Un fiscal le aconsejó que se metiera en su propiedad, pero le advirtió sobre el riesgo de agresiones por parte de los invasores encabezados por una mujer.
De hecho, cuando acudió al predio acompañada por un abogado se encontró con cerca de 40 personas que la amenazaron con agredirla si intentaba introducirse.
La Policía Municipal de Veracruz se negó a acompañarla y le aconsejó renunciar a la recuperación de su predio.
En sus recorridos por Xalapa se enteró de que la persona de apellido Carmona aparentemente estaba detrás de esa situación.
“Vimos a otro abogado y ese otro abogado me dijo que había investigado y que Francisco Carmona Ontiveros y su organización que tiene, que son “activistas”, está ahí metido. Me han dicho abogados ‘sí lo conocemos, es un güerito que se dedica al robo de terrenos’. Mandaron unos oficios del estado y no hicieron caso”, señaló Tejeda Rosas.
En ese peregrinar se enteró de que esa situación no es nueva y existe protección para muchos líderes dedicados a la industria de la invasión, y aunque las actividades tienen conocimiento no proceden.
Dijo saber que la persona de apellido Carmona la han citado a comparecer las autoridades, pero que no acude porque sabe que apenas llegue lo detendrán.
Recalcó que las personas que protegen a los invasores son muy agresivas y peligrosas.
Por fin, logró obtener del Registro Público de la Propiedad el documento en el que se hace constar que ella es la propietaria del predio, pero los invasores no la dejan ingresar.
Señaló que personas vinculadas al Partido de la Revolución Democrática están involucradas, al parecer con algún tipo de protección a los invasores, porque trabajan en algún nivel de gobierno.
“Voy al Registro y ahí está mi nombre, y está firmado por Édgar Castillo Rosaldo, del Registro Público de la Propiedad. Aquí está la escritura pública y el certificado, el correcto. Pasé al ayuntamiento y me dicen que es que él (una persona de apellido Ferrer) tiene muchos contactos. Ya estoy cansada, hasta porque esto es una infamia”, expresa Josefina Tejeda, con impotencia.
Esa colonia se ubica en inmediaciones de La Pochota y según ella resalta, hay muchas personas violentas que han despojado a los verdaderos propietarios a fuerza de amenazas, sin que ninguna autoridad les ponga un alto.