Veracruz | 2021-10-06 | Josefina Lugo
Aunque sus clases inician a las 8 de la mañana, Gabriela Idania García, debe levantarse a las 5 de la madrugada para estar lista una hora después y tomar el autobús que la llevará a la escuela primaria José María Morelos y Pavón, en la localidad de La Brecha, municipio de Jamapa, Veracruz, donde además de ser la directora, es la maestra encargada de enseñar en los seis grados escolares y de dar las clases de Educación Física, se podría decir que es una de los súper-maestros que han surgido como los nuevos héroes de la pandemia.
“Ahorita son 20 alumnos, 9 niñas y 11 niños, los cuales están divididos por grados, aunque solamente contamos con una aula pues el otro salón que tenemos, no está en condiciones para que los alumnos tomen sus clases, pues le falta mantenimiento, el techo se nos está cayendo”, indicó.
Sin acceso a señal
La falta de acceso a la señal de telefonía satelital fue evidente, desde que el equipo del corporativo IMAGEN del Golfo ingresó a la carretera para llegar a La Brecha.
“Aquí es una localidad donde no hay señal y las condiciones de los padres de familia, la verdad son muy escasas, se dedican al campo y las madres de familia, al hogar, obviamente no tienen el recurso para comprar un dispositivo electrónico al niño”, confirmó la maestra, quien además de madrugar diariamente, para viajar por casi dos horas, tiene que ingeniárselas para enseñar a sus alumnos.
“Trabajamos de manera presencial, los niños están agrupados de 5 en 5 y vienen en diferentes horarios, hay mamás que no quieren que sus hijos vengan, obviamente por la situación de la pandemia, pero aún así, las mamás permiten a la mayoría que asistan, hay madres que me apoyan en el comité de salud, ellas están al pendiente de que los niños cumplan con las reglas sanitarias de sana distancia, cubrebocas, gel, etcétera.”, explicó.
Sin embargo, a los niños que no asisten a clases, les entrega periódicamente unos cuadernillos de trabajo, de acuerdo a las diferentes materias.
“Además les envío tareas a través de grupos de whatssap algo que es complicado, porque no a todos les llega por la señal, les envío PDF´s, pero como aquí las condiciones son muy escasas, incluso yo los descargo, para que no les consuman datos, y les pido que lo copien en su cuaderno”, dijo.
A la escuela acuden niños de las comunidades El Cedralito, Jabilla y el municipio de Medellín por lo que para los pequeños el traslado también es complicado.
Para tomar las clases se cumple estrictamente el protocolo sanitario, donde el uso del cubrebocas es obligatorio, además del gel antibacterial y la sana distancia, lo que implica más gastos para sumar a la afectada economía de los padres de familia, por lo que la maestra optó por comprar cubrebocas para todos sus alumnos y obsequiárselos.
“Yo les obsequié un cubrebocas que mandé a hacer, son especiales, son de tricapa con un material que es lavable, para que no gasten ellos, y es el que usan a diario en las clases”, declaró.
Aunque es modesta, la escuela unitaria cuenta con una cocina, ya que a pesar de ser atendida por una sola profesora que hace todas las funciones, desde encargarse de la dirección, dar clases académicas y de Educación Física y hasta funciones de conserje, es un plantel que funciona como escuela de tiempo completo.
Urgente reactivar programa municipal
“Contamos con cocina, como tenemos un horario completo, de 8:00 a 14.00 horas, aquí las mamis se organizaban y nos ayudaban para darles de comer a los pequeños, con el apoyo de un programa municipal, que lamentablemente ya no está activo. Sería fabuloso que se reactivara, incluso ya lo hemos manifestado a través de encuestas que nos hacen, porque aquí contamos con el espacio adecuado”, subrayó.
Otra de las necesidades es la falta de un domo en el patio pues el intenso sol es inclemente con los chicos que realizan sus actividades de Educación Física.
En el último año, con el apoyo del gobierno federal, pudieron construir una parte de la barda perimetral de la escuela, pues la malla ciclónica que la protegía no era suficiente para detener a los animales que ocasionaban destrozos, principalmente en una zona, donde colinda con un cochinero y aunque los animales ya no ingresan al plantel, el fétido olor de los cerdos aún es percibido por los niños.
“La pandemia en las escuelas rurales sí dificulta la labor diaria porque hay madres de familia que no tienen las condiciones para apoyar a sus hijos, las instalaciones requieren de mantenimiento, reparaciones y cubrir los gastos fijos como la luz”, reconoció la profesora.
El ejido les quitó dos parcelas escolares
Hasta hace dos años, la escuela contaba con el apoyo económico de la parcela escolar, sin embargo, el nuevo Comité Ejidal ha evitado que los recursos lleguen al plantel, los cuales usaban para solventar los gastos indispensables.
“La parcela tiene aproximadamente 42 años que la manejamos, pero los integrantes del nuevo Comité Ejidal no están de acuerdo que la escuela maneje ese recurso, a pesar de que ya se les ha dado a conocer en qué se ocupa ese apoyo, las madres de familia han dicho las mejoras que se han hecho a la escuela y el pago de la luz, se hacía de ese dinero”, detalló la maestra.
Indicó que el apoyo de la parcela también constituía un respaldo para reparaciones urgentes.
“A los papás no se les pide nada de dinero, todo lo hacíamos con ese recurso que desde hace más de año y medio ya no recibimos, ahora es el Comité Ejidal quien recibe ese dinero, por lo que ya no se ve reflejado en la escuela”, aseveró.
Explicó que la escuela disponía de dos parcelas, una para que los animales pasten y otra para la siembra de una milpa de maíz.
“Las tierras estaban a cargo de personas que en retribución, además de dar una capacitación a los niños en la ordeña de las vacas y mostrarles cómo se siembra, otorgaban un apoyo económico, suficiente para solventar los gastos fijos e inesperados de la escuela. Ahora ese dinero no llega de ninguna forma al plantel, el ejido es quien ha dispuesto de las dos parcelas, pues las personas a quienes se habían prestado las tierras de la escuela, fueron sacadas de las parcelas”, denunció la maestra.
Agregó que las madres de familia ya asistieron a una junta ejidal y ya escucharon que esos recursos no los está dando el Comité Ejidal, que además también maneja las parcelas de las escuelas de La Jabilla, Paso de la Cruz y de La Brecha, por lo que pide a las autoridades correspondientes su apoyo para solucionar esta situación que tiene al plantel en una situación crítica, sobre todo en este momento crucial de la pandemia, donde se requiere de todo el apoyo posible para que los niños tomen sus clases con la máxima protección sanitaria que la institución les pueda brindar.