| 2024-09-02
En el imaginario colectivo los piratas juegan un gran papel pues su figura no solo ha visto engrandecida sino llevada a estándares legendarios combinándolos con un mundo fantástico pero no es solo fantasía hubo hombres que llevaron a la figura del pirata ser lo que es hoy, uno de ellos atacó el puerto de Veracruz.
Laurens Cornelis Boudewijn de Graaf o Laurenz de Graff fue un conocido saqueador de los mares que hizo de su nombre una leyenda como un bandido y por ser el hombre que con su pequeña flota consiguió la proeza de someter al puerto de Veracruz por cuatro días.
Nacido en Dordrecht, Provincias Unidas de los Países Bajos en 1653 fue un filibustero neerlandés, también conocido como Lorencillo por su baja estatura, además del Azote del occidente, pues causó graves problemas en Yucatán, Tabasco, Veracruz y Campeche, en especial para la ciudad de San Francisco de Campeche, que atacó en varias ocasiones destruyéndola e incendiándola, destacando el terrible ataque del 7 de julio de 1685.
El más destacado de sus asaltos fue el realizado a Veracruz, en compañía de Michel de Grammont y con Van Hoorn cuando unieron fuerzas. El 17 de mayo de 1683, aparecieron en el horizonte del Puerto de Veracruz, formado por 2 barcos muy grandes que habían capturado previamente a los españoles y que sirvieron como señuelo, 5 barcos grandes, 8 barcos de menor tamaño y con 1300 piratas, invadieron el puerto de manera sigilosa por la costa con un grupo pequeño de hombres los cuales se dividieron y comenzaron a asaltar y secuestrar a los ciudadanos.
Otros se dedicaron a eliminar las fortalezas españolas del puerto y maniatar a la guarnición defensiva de la ciudad. Van Hoorn por tierra, se unió a De Graaf y atacó a la ciudad. A la media noche de ese día, seiscientos hombres más tomaron y asaltaron el puerto.
Después de la captura y el secuestro de más de 6 mil ciudadanos, incluyendo mujeres y niños, a los que mantuvo encerrados dentro de las iglesias negando alimentos y agua por cuatro días, hasta el 22 de mayo. Muchos de estos pobladores sufrieron diversos tipos de torturas y muchas de las mujeres fueron violadas por la turba de piratas los cuales colocaron un barril de pólvora en la puerta del templo que amenazaban con hacer estallar si los prisioneros no entregaban los supuestos tesoros escondidos
La mañana del sábado 22 de mayo hizo salir de la Catedral a los prisioneros y los trasladó a la Isla de los Sacrificios. Tomó como rehenes a los funcionarios y el resto, a punta de golpes y palos, fueron obligados a cargar el cuantioso botín, y exigiendo a las autoridades españolas que intentaban capturarlo que le permitieran escapar, y así pasó, levó anclas, desplegó velas y se hizo a la mar. Dejó tras él cuatrocientos muertos. Nada pudieron hacer para detenerlo.
Se dice que en algún momento del siglo XVII fue hecho prisionero y retenido en el Convento de San Bernardino de Siena en el poblado de Valladolid, en el actual estado mexicano de Yucatán, se dice