| 2024-10-29
"A mis 15 años de edad, mi vida dio un giro rotundo, me enteré que mi madre tenía cáncer, en ese momento la conmoción me invadió, tuve miedo porque mi mamá siempre ha estado para mi hermana y para mi", dijo Cinthia Miravete, hija de una sobreviviente de cáncer de útero.
Cinthia tenía solo 15 años cuando a su madre, la diagnosticaron con cáncer de cuello uterino, una experiencia que la puso de cabeza. Comenzó a cuidar a su hermana de 11 años y todo lo que esto significaba.
La madre de Cinthia comenzó con dolores extraños y piquetes en su vientre, como estos dolores no se detenían decidió ir al doctor, después de unos estudios le detectaron un tumor cancerígeno en el útero.
Según estadísticas del INEGI, entre las mujeres de 19 a 59 años, el tumor de cuello de útero es el segundo en número de defunciones, con una tasa de 8.90 defunciones por cada 100 mil.
En México, durante el año 2023, según las cifras preliminares de las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR), se contabilizaron 89mil 633 fallecimientos debido a tumores malignos en personas de 20 años y más.
El papá de Cinthia acababa de conseguir un nuevo trabajo, cuando se enteraron de la noticia, por lo que la responsabilidad cayó en la joven de 16 años.
"Todo se complicó cuando a mi mamá le dijeron que debían extraerle la matriz, sentí mucho miedo, no quería perderla. Desafortunadamente unos días antes de su operación, mi padre tuvo que ir a CDMX por su trabajo, lo que volvió todo aún más complicado."
Debido a que Cinthia tenía 16 años, no pudo estar en el hospital el día de la intervención de su mamá, por lo que se quedó en casa con su hermana.
"Mi hermana y yo teníamos mucho miedo, no sabíamos si la operación de mi madre sería exitosa o si le quedarían secuelas, pasaban por mi cabeza muchas cosas que no pensaría alguien de 16 años."
Después de un año de lucha y tras la operación, la madre de Cinthia ganó la lucha contra el cáncer de útero, pero es una experiencia que jamás olvidará, fue algo que recuerda vívidamente.
El cáncer uterino no es el único que afecta a las mujeres, ya que el cáncer de mama es uno de los principales que afecta tanto a jóvenes como a mujeres mayores.
"Apenas hace dos meses que mi mamá perdió la batalla contra el cáncer de mama y ha sido todo un proceso de etapas emocionales y de impotencia", mencionó Lissethe Martínez.
El cáncer de mama es una enfermedad peligrosa y muy temida por miles de mujeres en todo el mundo, que no solo afecta al paciente, también afecta a todo el núcleo familiar.
Lissethe se encontraba a punto de celebrar con su familia las fiestas de año nuevo a finales del año 2022, cuando recibió una impactante noticia, su madre Gabriela del Carmen Echeverría fue diagnosticada a sus 61 años de edad con cáncer etapa cuatro, siendo un triple positivo.
Es importante señalar que de las muertes por cáncer de mama en la población de 20 años y más, 7mil 992, que equivalen al 99.5 por ciento, ocurrieron en mujeres, mientras que en hombres fueron 42 fallecimientos lo que representó el 0.5 por ciento, siendo esta una enfermedad que ataca principalmente a las mujeres.
"El tema emocional para las enfermas de cáncer en cualquier etapa, es muy difícil, te consume y hace que el cáncer crezca más, por lo que mis tres hermanos y yo hicimos un gran esfuerzo a pesar de nuestras responsabilidades para fortalecer el ánimo de mi madre."
Se estima que las defunciones por cáncer de mama en mujeres han aumentado alrededor de un 55 por ciento, en los últimos 23 años, lo que es un incremento significativo que refleja las barreras de acceso a tratamientos especializados.
Durante casi un año y medio, Lissethe y sus tres hermanos dieron todo de ellos para poder cuidar de su madre, le dedicaron tiempo y cuidados con la esperanza de poder ayudar a su mamá, pero sobre todo para darle fortaleza emocional. La importancia del entorno emocional de una paciente no debe subestimarse. El apoyo de la familia, los amigos y los profesionales de la salud mental es fundamental.
Una investigación publicada en The Lancet Oncology destacó cómo los factores de estrés y emociones no manejadas pueden influir en la progresión del cáncer de mama. Este estudio sugirió que el apoyo emocional, tanto profesional como social, contribuye no solo a una mejor adherencia al tratamiento, sino también a una mayor capacidad para sobrellevar los efectos secundarios de la terapia y una mejor respuesta del sistema inmunológico.
Lissethe Martínez, tiene dos hijos y una hija de 26 años, por lo que destaca que les inculca la cultura de la prevención y que ella a sus 44 años de edad, se realiza sus mastografías año con año desde hace cinco años.
"A mis hijos les he inculcado que se mantengan al tanto de su salud, que vayan al dentista, yo año con año me realizó los chequeos, es importante que tengamos atención de nuestra persona y hay que aprovechar que en este mes de octubre se están realizando muchos programas para las mujeres y que puedan mantenerse informadas de la salud de su persona."