| 2024-04-14
La Secretaría de Salud del gobierno federal dio a conocer que el Fetanilo que originalmente tiene una aplicación médica, representa un riesgo para la salud si es utilizado de manera ilegal, y prueba de ello son las víctimas fatales que se han registrado en México por abusar de su consumo sin supervisión de un especialista.
Especialistas de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) de la Secretaría de Salud presentaron el Informe de la demanda y oferta de fentanilo en México: generalidades y situación actual, como parte de un esfuerzo interinstitucional y con organizaciones de la sociedad civil para comprender mejor el fenómeno.
Durante la presentación, señalaron que el fentanilo es un fármaco útil en escenarios clínicos, como anestésico y como analgésico, para tratar el dolor intenso en diversas condiciones de salud. No obstante, se han presentado casos relacionados con el uso ilícito que, por la naturaleza de su elaboración, implica importantes riesgos en la salud.
Desde Conasama se enfatizó que el consumo de fentanilo fuera de contextos médicos no sólo resulta preocupante por su potencial adictivo, sino también por el alto riesgo de sobredosis. "Desafortunadamente, con el fentanilo ilícito se suele desconocer si la cantidad contenida en una dosis puede ser fatal o no; la identificación del riesgo de sobredosis sucede cuando ya se consumió la sustancia y provoca intoxicación aguda", puntualizaron.
A pesar de las limitaciones en la disponibilidad de estupefacientes y de las acciones de prevención, el consumo y uso excesivo de opioides durante las últimas décadas en los Estados Unidos tiene importantes repercusiones en la dinámica de oferta y consumo en México.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron que de 2013 a 2019 la tasa de mortalidad relacionada con opioides sintéticos aumentó mil 40 por ciento, al pasar de 1.0 a 11.4 defunciones por cada 100 mil habitantes.
El informe señala que, en México, en 2023 se registraron 430 casos de atención por consumo de fentanilo, mientras que en 2022 fueron 333, los cuales se concentran en estados del norte del país como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora. Esto muestra que el incremento es a nivel local, no nacional; sin embargo, la principal preocupación gira en torno a su alta letalidad.
Destacaron que, desde el segundo semestre de 2023, en la atención a urgencias se utiliza el código emergente U94 en todo el sistema de salud para hacer un monitoreo preciso de las atenciones relacionadas con la intoxicación por fentanilo. Mediante este sistema de monitoreo se registraron nueve atenciones hospitalarias de junio de 2023 a enero de 2024 por intoxicación por fentanilo, de las cuales desafortunadamente tres personas fallecieron.
Al respecto, representantes de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos (Cicad-OEA) se refirieron a las buenas prácticas en materia de información en nuestro país, como el Sistema de Alerta Temprana del Observatorio de Conasama y el caso de Baja California, donde el Servicio Médico Forense implementa un programa para detectar la presencia de sustancias psicoactivas en los cuerpos que ingresan a sus instalaciones.
La Conasama, a través del observatorio, trabaja con diversas organizaciones de la sociedad civil que realizan acciones para la reducción de daños en la frontera norte, como Prevencasa A.C. y Verter A.C., las cuales han documentado la presencia de fentanilo en las sustancias que consumían las y los usuarios de sus servicios.
Por parte de Prevencasa A.C., mencionaron que la información permite ampliar la perspectiva en la toma de decisiones y que las organizaciones de la sociedad civil son una fuente de información de primera mano, por su contacto directo con las personas consumidoras de sustancias psicoactivas.
Su labor permitió que algunas personas usuarias de fentanilo que desconocían que lo consumían contaran con información para identificar la presencia de este compuesto químico en sustancias como heroína y metanfetaminas.
Por último, señalaron la importancia de la información veraz y la investigación del fenómeno con la finalidad de que las políticas y programas de prevención, tratamiento y reducción de daños estén sustentadas en evidencia científica.