| 2024-05-10
A pesar del inclemente sol y las altas temperaturas registradas en la zona conurbada, la devoción de personas mayores como doña María de Jesús Prieto Cruz y doña Ofelia Aragón Martínez, desafía cualquier obstáculo para honrar a sus seres queridos en fechas significativas como el Día de las Madres.
Ni el sol, ni las altas temperaturas registradas este 10 de mayo, impidieron que doña María de Jesús Prieto Cruz, cumpliera la promesa que le hizo a su mamá de irla a visitar cada celebración mientras ella estuviera con vida.
Por tal razón, este 10 de mayo acudió con sus 3 hijos, su hermano y cuñada para visitar a su mamá, doña Matilde Cruz, quien partió de este mundo terrenal hace 26 años, pero sus recuerdos siguen en cada historia y anécdota.
La familia Prieto Cruz, refuerza la promesa realizada a sus seres que ya partieron, ya que acuden en todas las celebraciones, como día de muertos, cumpleaños y hasta en sus santos.
"Hasta que Dios me de vida aquí me tendrá mi madre. Yo vengo el Día de las Madres, el día de difuntos, su cumpleaños, yo siempre visito la tumba de mi mamá [...] yo le prometí a ellos que mientras Dios me diera vida aquí me tendrían en su tumba y me da mucho gusto verla así, limpia, con sus florecitas y muy bonita", afirma doña María de Jesús.
En esta ocasión, se reunieron para hacer un pequeño convivio familiar con tamales de masa, dulce de ciruela con mango, refrescos y cervezas, mientras que se cubrían con un árbol que doña María de Jesús sembró para que la tumba que guardan los restos de su madre no se viera "tan vacía".
Doña María, recomendó a toda la ciudadanía a tomar su ejemplo, ya que de una sola "varita", se formó un gran árbol que da sombra y mantiene fresco, además de que hace que ellos puedan estar cerca de sus seres queridos en estos días que se registran altas temperaturas.
"Este arbolito fue una varita que le traje aquí a mi mamá y mira qué chulo está. Hasta aquí los vecinos dicen ´aso nos da la sombra bonita´. Aquí por lo menos cada persona debería de sembrar un arbolito para cubrirse de este sol y estás calores".
En otro extremo de la zona conurbada, en el Panteón Jardín Veracruzano, doña Ofelia Aragón Martínez, hace los mismo por su madre, doña Tiburcia Martínez López, quien también partió hace 26 años.
"La mamá nunca se olvida, jamás, y parece mentira, parece que hubiese sido ayer, porque yo vengo a visitarla por ejemplo como ahorita ya tengo programado para el otro sábado que es mi cumpleaños y entonces pues yo vengo a verla también porque ese día ella me dio la vida".
Doña Ofelia Aragón, nacida en Loma Bonita, Oaxaca, pero ya casi veracruzana por los años que tiene radicando en Veracruz, aseveró que las personas se van, pero que nunca se olvidan, porque siempre quedan sus recuerdos.
Recordó que su madre era una mujer muy noble, por tal razón, a pesar de las altas temperaturas acude al campo santo que albergan sus restos para rezar por su eterno descanso.
"Yo creo que solamente el que no tuvo madre es el que no la visita, ni la recuerda, ni nada, pero los que realmente queremos y amamos a nuestros padres y sobre todo a nuestra madre que dio la vida por nosotros".
Ofelia Aragón, a sus 83 años también guarda el recuerdo y le pide a Dios por el eterno descanso de su hijo quien murió a los 64 años, sin embargo, encontró un poco de consuelo en sus nietos.
A través de gestos simples pero significativos, como una visita al cementerio o una oración, estas personas mayores demuestran que el amor y el recuerdo perduran más allá de la vida terrenal.