Veracruz | 2024-09-03
De acuerdo con el reporte anual de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en al menos 6 municipios de Veracruz operan estaciones de carburación de forma irregular y sin las mínimas medidas de Protección Civil.
El organismo llama "clandestinas" a esas empresas, pero aclara que se encuentran a la vista de todos, sobre las carreteras o sobre calles altamente transitadas, siendo que ninguna autoridad les ha impedido que sigan funcionando.
La Comisión Reguladora de Energía advirtió que aumentó el número de estaciones clandestinas de gas, en varias entidades del país, incluyendo Veracruz.
A lo largo del territorio veracruzano hay estaciones de carburación que no cumplen con las condiciones mínimas de seguridad ni con la normatividad de Protección Civil, siendo que el origen del gas que venden se desconoce, pues no aparece en el padrón de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Además, se desconoce quién es su proveedor, si el gas ha sido alterado o si cumple con la calidad, generando otro tipo de riesgo para quienes lo consumen o lo llevan a sus hogares.
El organismo revela que hay una estación de carburación denominada "Amerigas" en los municipios de Omealca, Tezonapa, Córdoba y Fortín.
Hay otras en Paso del Toro, Rancho del Padre y el Tejar en el municipio de Medellín de Bravo.
En la región de Los Tuxtlas, hay una llamada "El Gallito" la cual ha incrementado sus actividades, y con ello el riesgo hacia la población.
Las otras 2 estaciones están en la comunidad de Vargas, en el municipio de Veracruz y otra más ha sido detectada en la comunidad de Puente Jula, en el municipio de Paso de Ovejas.
Cabe mencionar que se ha realizado el reporte a las autoridades sobre esta situación, pero se continúa permitiendo su operación irregular.
Estas tomas clandestinas de gas, representan un gran riesgo para la población y los usuarios de esas estaciones, pues no cuentan con las medidas de seguridad adecuadas, usan materiales reciclados y nunca se verificó que cumplieran con las normas requeridas en su construcción.
Estas tomas, además de ser una competencia desleal para las estaciones que cumplen con todos los requisitos y normativas, son un riesgo para la población, ya que, ante algún incidente, se desconoce quién podría responder a los afectados.