| 2025-01-03
Las lluvias y encharcamientos pueden afectar a los automóviles de diversas formas, causando desde daños mecánicos hasta problemas de seguridad al conducir. Aquí te detallo cómo pueden impactar y qué consecuencias tienen:
Motor dañado: Si el agua entra al motor a través del sistema de admisión o escape, puede causar un "golpe de agua" (hydrolock), que daña las partes internas del motor, como los pistones y las bielas.
Sistema eléctrico: Los encharcamientos pueden afectar componentes eléctricos como alternadores, sensores, bujías y computadoras, lo que puede dejar el auto inoperativo.
Frenos: El contacto constante con agua puede reducir la eficacia de los frenos al mojarlos, disminuyendo la capacidad de frenado o causando desgaste prematuro en discos y pastillas.
Corrosión: La exposición prolongada al agua puede acelerar la oxidación de partes metálicas, como el chasis, los frenos y los sistemas de suspensión.
Acuaplaneo: En superficies con encharcamientos, las llantas pueden perder contacto con el suelo debido a la acumulación de agua, lo que provoca pérdida de control del vehículo.
Visibilidad reducida: La lluvia intensa disminuye la visibilidad y puede provocar accidentes si no se manejan con precaución las velocidades.
Pérdida de tracción: Las carreteras mojadas tienen menos fricción, lo que dificulta el control del automóvil al frenar, girar o acelerar.
Atascos en zonas inundadas: Intentar cruzar áreas con agua estancada puede resultar en que el vehículo quede atrapado, especialmente si la corriente es fuerte o el nivel de agua supera la altura del escape o las puertas.
Reparar un motor afectado por un golpe de agua puede costar desde miles hasta decenas de miles de pesos, dependiendo de la severidad del daño.
Sustituir componentes eléctricos dañados por el agua (como las computadoras del auto) también es un gasto elevado.
La corrosión puede requerir tratamientos especializados para evitar daños estructurales en el chasis.