Medellín de Bravo | 2023-03-30
La reaprehensión del expolicía municipal de Medellín Luigui Heriberto “N” por su presunta participación en el homicidio del periodista Moisés Sánchez Cerezo es para su hijo Jorge Sánchez apenas un pequeño avance en el esclarecimiento de un hecho que tiene puesto el sello de la impunidad.
El día que sacaron a Moisés Sánchez de su casa para después asesinarlo y dejar su cuerpo abandonado en un paraje, Luigui estaba a dos cuadras y no intervino para evitar el crimen.
“Era uno de los dos elementos que se encontraba a dos cuadras cuando sucedió la sustracción de mi padre del domicilio y no hicieron nada ni cuando llegó este grupo de delincuentes ni cuando se fue”, reprocha Jorge Sánchez, hijo de Moisés Sánchez Cerezo (director de La Unión: La Voz de Medellín, asesinado el 2 de enero de 2015).
La reaprehensión de Luigui Heriberto es para Jorge Sánchez un avance minúsculo porque la persona señalada como autor intelectual del crimen sigue prófuga de la justicia.
Se trata del expresidente municipal de Medellín, Omar Cruz Reyes, a quien Moisés Sánchez <<incomodaría>> con sus constantes textos de denuncia en La Unión, y con manifestaciones. Dos días antes de que lo mataran Moisés Sánchez informó a su familia que el entonces alcalde panista de Medellín, Omar Cruz, le había amenazado; después su cuerpo fue encontrado en un paraje de la región.</incomodaría>
“El (autor) intelectual que era el entonces alcalde de Medellín está prófugo de la justicia, tiene orden de aprehensión y a 8 años no se ha detenido.”
Aunque el entonces gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, minimizó el ataque hacia Moisés refiriéndose a su segunda actividad de taxista como el posible móvil, la presión social y mediática logró que el caso fuera atraído por la Procuraduría General de la República y que la línea de investigación se centrara sobre la actividad periodística que realizaba. Tras ello, se juró justicia.
Pero obtener justicia en un estado con índices superiores al 90 por ciento de impunidad es un camino sinuoso para las víctimas. A Jorge Sánchez, hijo de Moisés, le tocó transitar por este camino donde –en su caso- existe el riesgo de que la carpeta de investigación no esté bien integrada.
El martes 28 de marzo se reunieron con el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, después de acudir dos veces a la Mañanera con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A García Jiménez le cuestionó sobre la solidez de la investigación en el homicidio de su padre, tomando en cuenta que tienen conocimiento de que en la integración del caso se perdieron evidencias.
De acuerdo con la información de Jorge Sánchez, la Fiscalía local contaba con fotografías de cuatro personas, de las cuales dos fueron reconocidas por testigos como participantes en el hecho; de las otras dos no estaban completamente seguros.
Pero la pérdida de estas fotografías no es el único error que se cometió en el esclarecimiento del crimen de Moisés Sánchez, también habrían omitido diligencias que dejaron vacíos en la integración de la carpeta de investigación.
Entre estas omisiones destaca que pidieron las imágenes de las cámaras del C4 monitoreadas entonces por la Policía Estatal tras nueve días de los hechos, cuando ya no existían grabaciones porque se habían borrado.
Por el asesinato de Moisés Sánchez Cerezo hasta el 29 de marzo de 2023 solo había una persona en prisión: Clemente “N”.
En 2015, tras el homicidio, fue detenido el escolta de Omar Cruz y puesto en libertad ante lo que Jorge señala como omisiones en el proceso de integración de la carpeta de investigación.
Ese mismo año también habrían detenido a Luigui Heriberto “N”, quien en 2016 fue condenado a 22 años de prisión por el delito de homicidio en agravio de Moisés Sánchez y cuyos abogados apelaron la sentencia para que únicamente fuera juzgado por incumplimiento de un deber legal, obteniendo por ello una sentencia de 6 años y seis meses que le permitieron obtener su libertad en 2021.
“De los demás solamente se tienen los apodos: El Piolín, El Harry; entonces están prácticamente a ciegas […] De los autores materiales no se tiene con certeza cuántos participaron. Se sabe que por lo menos fueron seis o siete porque seis entraron al domicilio y uno se quedó esperando afuera”, explica el hijo de Moisés Sánchez.
Por las omisiones en el caso y por los pocos avances, la reaprehensión de Luigui Heriberto es apenas un resquicio de lo que se requiere para el esclarecimiento del caso.
Ante las negligencias cometidas por las autoridades en el caso, Jorge Sánchez pide que sean procesados todos aquellos policías ministeriales, peritos y demás funcionarios que no hayan realizado su trabajo correctamente y por ello no se haya podido integrar correctamente la carpeta de investigación.
Esta exigencia fue elevada en enero al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, para que se investigue a todo el personal y los elementos involucrados en la integración inicial del caso.
Jorge habló del tortuoso camino de exigir justicia cuando han acudido a autoridades que prometieron ejercerla y posteriormente fueron encarceladas por diversos motivos relacionados con su mal desempeño como servidores públicos.
Han pasado 8 años, 2 meses y 28 días desde el asesinato de Moisés; las administraciones pasan y las promesas de justicia siguen en el tintero. Su caso se encuentra en instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el Parlamento Europeo, y la Red de Memoria y Lucha lo presenta ante los embajadores de diversos países.
“Estamos en esa lucha para reivindicar la memoria de los periodistas que han sido asesinados, para que haya justicia y para que en verdad el gobierno empiece a funcionar y dejen de estar asesinando a los compañeros”, destacó Jorge Sánchez.
El caso, adelantó, pronto podría pasar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.