Veracruz | 2024-10-04
Las donaciones de alimentos por parte de empresas y productores agrícolas han disminuido en un 25 por ciento, lo que ha impactado directamente en la cantidad de familias de escasos recursos que reciben apoyo alimentario en Veracruz.
Según el director ejecutivo del Banco de Alimentos en el estado de Veracruz, Darío Jiménez Romero, esta baja ha sido más evidente durante el segundo semestre del año.
Como resultado, de las 47 mil familias que el Banco de Alimentos tenía registradas en su padrón, actualmente solo es posible brindar despensas a menos de 30 mil cada mes.
"Actualmente estamos atendiendo nada más alrededor de unas 27 mil familias. Tenemos un déficit ahí porque se han distribuido las donaciones han sido meses ahorita críticos, pero bueno estamos luchando todos los días por tener el alimento para poder atenderlos".
Jiménez Romero señaló que la organización no cuenta con subsidios del gobierno en ningún nivel, ni recibe aportaciones de partidos políticos, operando exclusivamente con las donaciones de grandes empresas productoras, distribuidoras y comercializadoras de alimentos, así como de agricultores mexicanos.
De acuerdo con las contribuciones que reciben, es la cantidad de familias que pueden apoyar. El proceso de selección de beneficiarios se lleva a cabo a través de un estudio socioeconómico realizado por el área de Trabajo Social del Banco de Alimentos, lo que asegura que la ayuda llegue a quienes verdaderamente lo necesitan.
No obstante, la organización aclara que no se regalan los alimentos, ya que las familias empadronadas pagan una cuota de recuperación simbólica. En casos de extrema pobreza, hay quienes no pagan por los productos.
El directo ejecutivo explicó que la disminución en las donaciones no se debe a cierres de empresas o negocios, sino a un esfuerzo de las compañías por maximizar sus inventarios, ya que su prioridad es comercializar, no donar.
El Banco de Alimentos en Veracruz no solo asiste a familias de las áreas urbanas de Veracruz y Boca del Río, sino también a comunidades rurales como Cardel, Salmoral, Rinconada, Zempoala, Lerdo, y en algunas ocasiones a localidades más alejadas como San Andrés, Cosamaloapan, Tierra Blanca, Isla y Huatusco.
Esta caída en las donaciones impacta negativamente en estas zonas vulnerables, donde muchas familias dependen de este apoyo para sobrevivir.