Veracruz | 2024-07-01
La neta, banda, si no han pasado por la esquina de Joaquín Perea con Rafael Cuervo, les aviso que mejor ni se acerquen, porque la cosa está de la fregada. Hay dos baches que están de un tamaño que ni te cuento, parecen cráteres de la luna, pero en pleno asfalto veracruzano. La raza que maneja los camiones del transporte público ya se la sabe y se hacen bien mensos, pero no pueden evitar caer en esos hoyotes. Cada vez que pasan por ahí, se escuchan los rechinidos y traqueteos de los camiones como si fueran a desarmarse en cualquier momento.
Los carros particulares también la sufren bien gacho. No importa si traes una nave vieja o un coche del año, esos baches no discriminan y te hacen pedazos las llantas y la suspensión. La otra vez, vi a un compa que cayó con su carrito chiquito, un Chevy, y tuvo que bajarse a revisar si no había perdido medio eje ahí adentro. Y ni hablar de las motos, esas pobres se quedan atoradas y los chavos tienen que empujarlas para sacarlas del tremendo hueco.
La banda del barrio está bien enchilada porque, ¿a poco no?, ya estamos hartos de que nadie haga nada. Los vecinos hasta han puesto sus propios señalamientos improvisados, con palos y bolsas de basura, pa´ que la raza sepa dónde están los baches, pero a veces en la noche no se ven y ¡pum!, ahí va otro que cae en la trampa.
La neta, los baches ya son parte del paisaje y de nuestras historias del barrio. Cada vez que alguien cuenta su anécdota de cómo casi se queda sin coche, no falta quien se ría y diga "¡yo también caí en esos baches, carnal!".
Pero ya es momento de que se pongan las pilas y arreglen esa bronca, porque está canijo que sigamos así.
Así que ya saben, si van por Joaquín Perea y Rafael Cuervo, mejor váyanse con cuidado y despacito, porque esos baches están para llorar y nadie quiere acabar con la llanta ponchada o el coche en el taller. Ojalá y pronto hagan algo, porque la raza está cansada de tener que lidiar con esos monstruos del pavimento.