México | 2023-11-05
En el año 2015, concretamente en el mes de diciembre, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas determinó que el 5 de noviembre fuera conocido como el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis, fenómenos que pueden traer consigo daños de grandes proporciones donde ocurren.
La creación de este día mundial realmente tuvo su origen como una idea de Japón, un país que a lo largo de su historia ha sufrido Tsunamis en repetidas ocasiones, por lo que tienen una gran experiencia en la alerta temprana, la acción pública y la reconstrucción posterior a los desastres para conseguir reducir los impactos futuros.
En ese sentido, la oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres se enfoca de promover la conmemoración del día, en colaboración con las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas.
Desde su nombre podemos entender su gravedad, la palabra Tsunami proviene del japonés “Tsu” que significa puerto o bahía y de “Nami”, que significa ola, y consiste en eso, un fenómeno que involucra un grupo de olas con gran energía y de tamaños variables.
Las olas gigantes de los Tsunamis se producen por una perturbación bajo el agua, por lo general, asociada con los terremotos que ocurren en el fondo del océano o cerca de él, las erupciones volcánicas, los deslizamientos de tierras submarinas y los desprendimientos de rocas costeras también pueden generar un tsunami, al igual que el impacto de un gran meteorito en el océano. Los tsunamis se originan a partir de un movimiento vertical del fondo marino, con el consiguiente desplazamiento de la masa de agua.
La primera ola no es la más grande; a menudo, es la segunda ola, la tercera o incluso la cuarta. Tras las inundaciones de una ola, o las inundaciones tierra adentro, el mar retrocede dejando expuestas grandes extensiones del fondo marino. Una nueva ola se precipita entonces a tierra en cuestión de minutos y acarreando con ella los numerosos pedazos y los daños provocados por los flujos precedentes.
En los últimos 100 años, un aproximado de 58 Tsunamis cobraron más de 260 mil vidas, y ante la rápida urbanización y el aumento del turismo en las regiones con riesgo de Tsunamis, la Asamblea General de las Naciones Unidas acogió la idea de Japón de crear el Día Mundial de la Concienciación sobre los Tsunamis con el fin de reducir los impactos futuros.
Se tomó el 5 de noviembre por una anécdota de Japón, “Inmura no hi”, que significa “quema de las gavillas de arroz”; se cuenta que en un terremoto de 1854 un aldeano vio que el mar retrocedía, por lo cual prendió fuego a toda su cosecha para advertir a los habitantes de la aldea que escaparan a tierras altas, desde entonces, plantaron árboles para que actuaran como sistemas naturales de amortiguación frente a olas fuertes.
Con eso en mente, se intenta concienciar sobre la reducción de los riesgos creados por estas olas gigantes y mejorar la preparación de las comunidades.
El tema del Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis de este 2023 es "Combatir la desigualdad para un futuro resiliente", similar al del Día Internacional para la Reducción de los Desastres. La celebración anima a todos los sectores de la sociedad a comprometerse y colaborar en la reducción del riesgo de desastres.
Las actividades conmemorativas buscan explorar la relación entre los tsunamis y la desigualdad. En concreto, se centran en cómo la desigualdad puede hacer que los tsunamis sean más peligrosos para determinadas poblaciones y cómo las secuelas de un tsunami pueden sumir aún más en la pobreza a las personas vulnerables, agravando así la desigualdad.
En 2022, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres lanzó la campaña A las Zonas Altas para promover la concienciación sobre la reducción del riesgo de tsunamis. La campaña anima a los ciudadanos a participar en simulacros, carreras o caminatas a lo largo de las rutas de evacuación de tsunamis, lo que ayuda a las comunidades a prepararse para los desastres naturales y a aumentar su resiliencia.
La alerta y la acción temprana son herramientas para proteger a las personas de los Tsunamis, salvar vidas y evitar que la amenaza se convierta en un desastre, para ello, los sistemas de alerta temprana de tsunamis deben abarcar a todas las personas en riesgo, deben ser multiamenaza y las comunidades deben estar preparadas para poder actuar con rapidez.