Ciudad de México | 2022-06-16
Ante la omisión de autoridades que no busca a los delincuentes, ni busca a nuestros familiares, María Herrera Magdaleno busca incansablemente a sus cuatro hijos: Raúl (19 años) y Jesús Salvador, (24 años), desaparecidos en 2008; y a Luis Armando (24 años) y Gustavo (28 años), desaparecidos en 2010.
El 28 de agosto del 2008, Jesús Salvador y Raúl Trujillo Herrera, comerciantes de compra y venta de oro, con sus cinco compañeros de trabajo, salieron y desaparecieron en Atoyac de Álvarez, en el estado de Guerrero.
Desde este momento, inició el peregrinar de María para encontrar a sus hijos sin respuesta alguna. Gastos económicos ingentes, en investigadores, abogados, traslados y una familia que mantener, hicieron que esta madre adolorida y temerosa dejara a sus otros hijos continuar trabajando.
El 22 de septiembre del 2010, Luis Armando y Gustavo, con un rumbo diferente, esta vez hacia Veracruz, de igual manera fueron desaparecidos junto con dos personas, más un sobrino y el esposo de una nieta.
Tras una búsqueda infructuosa, devastadora y costosa, esta madre decide fundar, en 2014 la organización “Familiares en búsqueda María Herrera”.
Ese mismo año, junto a sus otros hijos, funda la Red de enlaces nacionales, articulando a 60 grupos familiares de desaparecidos en 18 estados del país.
/Mt