| 2025-01-08
El martes 7 de enero un activista irrumpió en el Museo de Cera de la Ciudad de México y destrozó la estatua del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como parte de una protesta.
El joven, quien llevaba un martillo, comenzó su ataque rociando la figura de cera con pintura roja y luego la golpeó repetidamente en el rostro hasta que la estatua cayó al suelo.
En un video que circuló por redes sociales, se ve al manifestante encapuchado mientras destruye la imagen de Netanyahu, y al final de la grabación, pronuncia consignas como "Viva Palestina" y "Nuestra liberación será colectiva o no será", en alusión a la situación en Gaza y las recientes muertes en Palestina.
Además, el activista expresó: "Hago esto abrazando al pueblo judío". Hasta el momento, las autoridades del Museo de Cera no han hecho ningún comentario oficial al respecto.
Es importante mencionar que, en la Ciudad de México, se han llevado a cabo varias manifestaciones en apoyo a Palestina, donde activistas han organizado marchas.
Recientemente, una estudiante mexicana lanzó una campaña para recaudar fondos y ayudar a dos familias palestinas a evacuar Gaza, permitiéndoles trasladarse a un lugar donde puedan continuar con sus vidas.
Los reclamos actuales contra Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, están principalmente centrados en varios temas políticos, sociales y humanitarios que involucran tanto a la población palestina como a cuestiones internas de Israel. Entre los principales reclamos se encuentran:
Netanyahu ha sido ampliamente criticado por su manejo de la situación en Gaza, especialmente en relación con los ataques militares israelíes contra la Franja de Gaza y el impacto en la población civil palestina. A lo largo de su mandato, su gobierno ha enfrentado acusaciones de violaciones de derechos humanos y de infligir sufrimiento a los palestinos a través de bloqueos, ataques aéreos y desplazamientos forzados. Muchos de estos reclamos han ganado fuerza en el contexto de las protestas pro-palestinas a nivel global.
Durante su gobierno, Netanyahu ha sido criticado por su apoyo continuo a la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania, territorio que los palestinos consideran parte de su futuro Estado. La expansión de estos asentamientos ha sido vista como un obstáculo para la paz y la creación de un Estado palestino independiente.
Netanyahu ha enfrentado varias investigaciones por cargos de corrupción, sobornos y fraude. En 2019, fue formalmente acusado en tres casos diferentes, lo que ha generado un ambiente de desconfianza entre muchos israelíes. A pesar de esto, ha mantenido su poder político, lo que ha sido objeto de fuertes críticas.
Netanyahu ha sido criticado por la forma en que ha respondido a las protestas internas en Israel, que incluyen reclamaciones sobre sus políticas de seguridad y la gestión del conflicto israelí-palestino. En algunos casos, la violencia policial y militar contra los manifestantes ha sido un punto de fricción.
También ha sido objeto de críticas por sus políticas hacia las minorías dentro de Israel, particularmente hacia la población árabe israelí y los refugiados africanos, así como por su postura hacia los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQ+ en un contexto de creciente polarización interna.
Aunque algunos consideran los acuerdos de normalización con países árabes como un logro de Netanyahu, estos acuerdos también han sido percibidos por ciertos sectores como una estrategia para aislar a los palestinos y no abordar de manera efectiva el conflicto israelo-palestino.
Estos puntos, entre otros, han alimentado el descontento tanto dentro de Israel como a nivel internacional, y han sido un tema central en las protestas y críticas contra su gobierno.