México | 2024-10-31
Las ministras Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidieron no renunciar a sus cargos, a diferencia de otros ocho ministros que dimitieron en respuesta a la reciente reforma judicial.
Esta reforma, impulsada bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, establece la elección popular de jueces y ministros, un cambio significativo para el sistema judicial mexicano.
Estas ministras, quienes comparten afinidad ideológica con el partido Morena, mantuvieron sus puestos en la SCJN para continuar con su labor en medio de la reestructuración que ahora enfrenta la Corte.
Cada una ha expresado interés en participar en el proceso electoral de 2025, utilizando su "pase automático" para ser elegidas como ministras nuevamente, según lo permite la nueva legislación.
Las ministras Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf han tenido un papel destacado en el marco de las recientes tensiones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México. Cada una de ellas ha defendido públicamente su compromiso con la justicia social y la implementación de reformas impulsadas por el gobierno actual, postura que ha provocado divisiones internas.
Lenia Batres se ha enfrentado a críticas por el volumen de casos que ha resuelto en comparación con otros ministros. Sin embargo, ella ha señalado que está en una "curva de aprendizaje" y que la importancia de su labor radica más en el impacto de las sentencias que en la cantidad de casos. A septiembre de 2024, había logrado superar el promedio de casos resueltos por la Segunda Sala, alcanzando las 200 resoluciones.
Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf han mostrado su apoyo a la reforma judicial y a la decisión de los trabajadores de protestar en contra de la misma, defendiendo la necesidad de cambios en el sistema. Este apoyo a los trabajadores también las ha implicado en controversias, ya que han manifestado su respaldo a reformas que permitan una justicia más accesible, lo que ha sido interpretado como una postura alineada con el presidente.
Esto ha generado fricciones y hasta propuestas de juicio político, debido a que algunos consideran que esta postura afecta sus deberes constitucionales en la SCJN
En conjunto, las tres ministras han promovido una visión de la justicia que se centra en las reformas del Poder Judicial, una postura que ha sido respaldada por algunos sectores.